Ilusión, agradecimiento colectivo, trabajo y fuerzas para seguir en esta línea fueron las reacciones mostradas por el resto de protagonistas que recibieron su correspondiente galardón en el día de ayer.

Josetxo Murguiondo, presidente del Iruña Rugby Club, admitía que el reconocimiento “te anima. Somos un club pequeño, con muchas dificultades y un deporte minoritario. Que la sociedad te reconozca algo te anima a seguir trabajando”. El proyecto es reciente pues “empezó en la primavera del año pasado. Llevamos muy poco tiempo y nos sorprende porque aprendieron rápido. Tuvieron un primer contacto con la competición Bultza al final de la temporada pasada. Están muy contentos, varios son compañeros y queremos ampliar a más organizaciones”, finalizaba.

Santi Castillejo, entrenador de Osasuna Promesas, aseguraba que “es el reconocimiento a unos jugadores muy jóvenes que compitieron como bestias. Hay que darle el valor a esos jugadores, que están disfrutando de Primera RFEF y otros de Primera División. El deporte, cuando lo haces bien, demuestra que ni la edad ni la experiencia es importante, sino la mentalidad”.

Otro técnico, en este caso del Beti Onak, Miguel Etxeberria, disfrutó de “un día bonito”, pero desveló que se sorprendió cuando resultó premiado, y que lo vivió “con sorpresa. Estaban Kakun y François, dos personas con mucho nombre en el panorama deportivo navarro”. En esa línea, la capita del equipo, Olaia Luzuriaga, señalaba que el galardón supone “un reconocimiento a todas las horas que hemos metido y hemos hecho historia” y añadía que “son buenas noticias para el balonmano femenino que tuviera un representante en la máxima categoría. Es un paso adelante y esperamos que siga creciendo”.

No hay deporte sin juez. La árbitra Naroa Iturain destacó que “supone un reconocimiento al trabajo diario que hacemos en la sombra, que no se ve, porque en la cancha no se ve hasta que no hay un momento decisivo. Es el reconocimiento a esa labor, esa disciplina, y ese saber estar. También, al no intentar ser noticia cuando sales a la cancha”, y lamentó vivir una situación “un poco precaria ahora mismo en cuanto a árbitras, pero poco a poco con un poco de suerte vamos aumentando”.

Koldo Leoz, alcalde de Estella-Lizarra insistía en “que invertir en deporte, en actividad física y en edades tempranas es la mejor inversión que se puede hacer. Que te lo reconozcan te animan a seguir avanzando” en un proyecto “de 5 a 8 años, pero viendo la excepcional acogida, queremos llegar a los diez años de edad”.

Por su parte, Joaquín Arbeloa, dirigente del Tenis, quiso hacer “un reconocimiento coral, por los 50 años del Torneo Jamón, por su nivel de repercusión social que tiene y nos hace mucha ilusión. Un torneo de este peso, con jugadores argentinos, uruguayos, franceses... tiene una complejidad muy grande. Son muchos años trabajando y sumando de poco a poco y la verdad que estamos muy agradecidos”, al tiempo que recalcaba los 320.000 accesos que tuvo el torneo en streaming, algo “impensable”.

El presidente del Amaya, José Ramón Azcoiti recalcó que “nos impulsa a seguir con nuestra función. Siempre hemos procurado poner de nuestra parte porque nos gusta trascender de nuestros límites y llegar a toda Navarra si es posible”, mientras que la vicepresidenta, Cristina Luzuriaga, apuntaba “la idea es trabajar en esta línea para que nuestras instalaciones estén con lo último apoyando a los deportistas y a los socios y socias”.

Por último, Javier Conde, presidente de la Federación Navarra de Pelota Vasca, comentaba que “como federación de un deporte autóctono, es un reconocimiento significativo porque en lo deportivo ha sido fantástico, y en esta renovación de la pelota estamos buscando trabajar el deporte adaptado y la inclusión social y el papel importante de la mujer”.