Que las amazonas se quitaban uno de sus senos para lanzar sus flechas parece ser uno de los mitos más extendidos de la historia. Sin embargo, en Pamplona, un grupo de mujeres enfrentan las secuelas de su cáncer de mama precisamente de esta manera: agarrando con valentía un arco de flechas.
Se trata del proyecto Arrow Salud de la Universidad de Navarra, que surgió hace dos temporadas dentro de su escuela de tiro con arco. Su objetivo es acoger a mujeres que han padecido un cáncer de mama y que buscan beneficiarse de los efectos que esta práctica deportiva tiene para su salud, especialmente en aquellas que han desarrollado linfedema en uno de sus brazos. “El que aparezca linfedema en pacientes operadas de mastectomía y de cáncer es porque muchas veces nos quitan los ganglios”, explica la arquera y enfermera María José Beriáin de 59 años, quien padeció este cáncer a los 35. Los ganglios son los responsables de la circulación linfática, por eso, ante la ausencia de ellos, el líquido linfático termina por retenerse.
A raíz de esta realidad el Hospital Universitario Infanta Leonor arrancó un estudio en el año 2016 que terminó por demostrar precisamente lo que esta enfermera experimenta y es que “cada vez que yo tiro una flecha, cogiendo el arco con el brazo que sufre el linfedema, la vibración que se produce en el arco favorece que mi circulación linfática avance”. Esta es una experiencia compartida por las veinte arqueras que, por ahora, han pasado por las instalaciones del club. “No va a disminuir los centímetros que tengo de más, pero se nota menos pesado, menos hormigueo, incluso hay días que te duele y se alivia”, explicó Isabel Sánchez, de 60 años, quien después de superar su segundo cáncer de mama, tuvo que recibir la baja laboral a raíz de su brazo. No obstante, Marian Serrano, técnico cd-1, jueza nacional de tiro con arco y una de las mayores promotoras de este programa, insiste en recordar que “no es un tratamiento médico, no corrige el linfedema, sino que le ayuda”.
Además de esta mejoría, Serrano explica que “también les beneficia en lo social porque es un proceso de enfermedad complicado y todo deporte y espacio para socializar es importante”. De hecho, este es uno de los aspectos que más destaca Isabel Sánchez quien, además del beneficio para su brazo, agradece la acogida que recibió del grupo “a pesar de que hay muchos que llevan muchísimos años”. “Encima lo que yo estoy notando lo notan las demás. Es que se nota hasta en la mirada. Nos miramos y sabemos que la otra también nota que el brazo se está ejercitando con la vibración que hace la madera” añadió.
También sostiene este idea la mencionada María José Beriáin. Ella era arquera antes de padecer el cáncer de mama y ahora es una de las profesoras del equipo. De forma risueña explica que es tal el apoyo que “muchas veces haces terapia. Porque hay días que vas a tirar y viene una tocada por algo o que se está haciendo pruebas otra vez y te pegas dos horas hablando con ella”.
Esta unidad no solo se vive en los entrenamientos –que realizan una o dos veces por semana– sino que se extiende a las competiciones. Y es que la Federación Española de Tiro con Arco creó para todas las mujeres como ellas el proyecto Deporte y Salud, con dos trofeos Arco y Salud al año, uno en sala y otro al aire libre, al que se unen, además de la navarra, otras federaciones autonómicas. María José continúa riéndose mientras dice: Bueno y las competiciones ya ni te cuento lo que es aquello. Se hace piña, sales un fin de semana fuera y es divertido. Algunas veces hasta tenemos que decir “queréis callaros que no se puede tirar y hablar a la vez”.
De cualquier forma, cabe destacar que la competición no es absoluto una exigencia del club, tampoco lo que muchas de ellas persiguen. De hecho, de las 12 arqueras con las que esta temporada contaba el equipo, solamente 5 prefieren competir. “Yo no soy competitiva, ni mucho menos, pero te juntas con un montón de mujeres de toda España que tiene lo mismo que tú”, explica Sánchez, quien en 2023 logró obtener el bronce en la modalidad de aire libre.
Asimismo, y aunque poco a poco las navarras se están haciendo notar, las complicaciones de esta modalidad deportiva son varias. La más importante es que, muchas de ellas, a pesar de ser diestras han de aprender a jugar con el brazo contrario, puesto que es este el que tienen afectado. “Yo siempre he tirado con la diestra, pero me ha tocado aprender con la zurda, que es complicadísimo porque no sabes ni cómo ponerte el arco, pero bueno, te adaptas” explica la arquera más veterana. A esto se añade el hecho de que, por el momento, no hay mucha legislación en la modalidad y no todas las arqueras compiten en igualdad de condiciones. “Si aparece gente con arcos más precisos no podemos hacer nada” justifica María José, puesto que no todas las mujeres llevan el mismo tipo de arco que ellas –uno sin estabilizador para notar más la vibración y de madera– y tampoco todas deciden tirar con el brazo en el que tienen linfedema. De cualquier forma, en nombre de todas, reitera que “entrenan para mejorar el brazo, no por la competición”.
Asimismo, además de la Federación de Tiro con Arco, también apoya a este equipo de la Universidad de Navarra, la Asociación Saray –Asociación Navarra de Cáncer de Mama– ofreciendo el proyecto a sus asociadas y el Gobierno de Navarra, que aportó ayuda económica para comprar material no fungible. Aun así, Arrow Salud espera seguir creciendo y sostiene entre sus sueños poder empezar a registrar detalladamente los beneficios de salud que sus arqueras experimentan.