Carmen Rubio: "El hecho de que sea un premio de mi tierra tiene un significado especial"
"Este reconocimiento ayuda a visualizar un deporte minoritario", ha señalado tras recibir la Medalla de Oro al Mérito Deportivo de Navarra
Carmen Rubio siempre ha sido sinónimo de esfuerzo, constancia y sacrificio y, aunque ella misma confiesa que “no me lo esperaba para nada, ni siquiera creía que pudieran dármelo”, asegura: “Supone un orgullo enorme, el ser de Navarra y recibir el mayor premio que le pueden dar a un deportista, es algo que me ha dejado sin palabras”.
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Y esque, por muchos premios y medallas que haya ganado a lo largo de su carrera, este es especial para ella. “Cuando te dan medallas estás en el fin del mundo; en China, en Japón, en Corea, en Francia... pero que sea de aquí, de mi tierra, tiene aún más significado para mí”, comenta.
Rubio, que se siente muy orgullosa de su tierra y del esfuerzo que lleva haciendo desde que comenzó hace 30 años, se ha convertido en la primera persona a la que, practicando deporte con discapacidad, se le entrega esta medalla. Una distinción que la convierte aún más en una referente para muchos. “Yo no he sido deportista profesional, era funcionaria, trabajaba por las mañanas y entrenaba por las tardes. Puedo ser una referente en ese esfuerzo, en esas ganas de tirar hacia adelante y hacer un sobre esfuerzo si hace falta”, apunta Rubio.
Además, señala lo importantes que son estos galardones y lo mucho que ayudan a que deportes minoritarios sean visibilizados: “Gracias a esto se visualiza que las personas con discapacidad podemos estar en la élite, podemos competir con gente que no tiene discapacidad y podemos integrarnos en la sociedad”. “Además, salimos en los medios, se nos oye y se nos ve, lo que ayuda a que la gente que viene por detrás nos vea como referentes”, añade.
Y aunque Rubio asegura entre risas que es muy peleona a la hora de hacer reivindicaciones, señala: “En este caso, vamos a disfrutar de la medalla, del momento y de tener a los técnicos que tenemos para preparar a la gente”. En su caso, Rubio cuenta con una persona muy cercana como entrenador, Enrique Ayerra, que además es su marido. “Si no es porque desde el primer momento me ha llevado de la mano, me ha ayudado y me ha apoyado yo no estaría aquí”, explica. Además, añade: “Las miles de flechas que yo he tirado en los entrenamientos él las ha recogido”.
En referencia a este aspecto, la tiradora con arco hace especial hincapié en cómo le ayuda el tener a alguien tan cercano como entrenador: “Ha habido días que yo volvía muy cansada del trabajo y me tocaba tirar 400 flechas, y casualmente ese día él decía que valía con tirar 40”. También añade: “Es alguien que me conoce y sabe en qué condiciones estoy cada día para entrenar”.
Por otra parte, Rubio no ha tenido siempre las cosas fáciles dentro de este deporte, pero eso no le ha frenado a la hora de luchar por lo que le apasiona, el tiro con arco. “Yo empecé hace 30 años y ha sido difícil en el sentido en el que, en Navarra, no tenemos instalaciones para tiro con arco, no tenemos unas instalaciones federativas”, asegura.
Además, explica que “En Pamplona hace el tiempo que hace, yo me he visto preparándome para Juegos Olímpicos a cuatro grados bajo cero, pero es lo que hay”. “Es duro, podría decir que ha sido súper fácil, pero no, es un esfuerzo grande y llegar hasta aquí ha sido gracias al sacrificio y a la ayuda de mi entrenador”, concluye Rubio.