La navarra Ariane Toro Soler, de 21 años, tuvo ayer una destacada actuación en los Mundiales Absolutos, que se celebran en el Papp László Arena de Budapest (Hungría), pero perdió los dos combates en los que tuvo sendas opciones de regresar con una medalla y acabó en 5ª posición.
Ariane Toro, que compite en la categoría de menos de 52 kilos y ocupa el 11º puesto en el ránking mundial –seguramente escalará puestos tras su gran rendimiento de ayer–, realizó una fase preliminar impecable y memorable, con dos de sus tres victorias ante rivales a priori superiores a ella:
En dieciseisavos de final se deshizo de la marroquí Soumiya Iraoui, 17ª del ránking mundial, por ippon, en un combate que ya dominaba con dos yukos antes de solventarlo por la vía rápida.
En octavos de final, la olímpica navarra realizó otro soberbio combate, ya que superó a la italiana Odette Giuffrida, 5ª del ránking y anterior campeona del mundo, de nuevo acabándolo antes de tiempo merced a un ippon de inmovilización.
Y en cuartos de final, Ariane remató la faena de la fase preliminar con otra gran victoria ante otra temible adversaria, la japonesa Kisume Omori, 8ª del ránking, a la que venció por dos yukos.
De esta manera, la judoca navarra se metía de lleno en la lucha por las medallas.
Sin embargo, en semifinales perdió ante la kosovar Distria Krasniqi, que demostró por qué es la 2ª del ránking mundial. Ariane Toro plantó cara, pero acabó perdiendo por ippon debido a las penalizaciones (hansoku-make).
Krasniqi se acabaría colgando la medalla de plata, porque perdió en la final ante la japonesa Uta Abe.
Ariane Toro tenía una segunda oportunidad de subir al podio en la repesca –en la que se conceden dos bronces–, ante la húngara Roza Gyertyas, 14ª del ránking, a la que ya había vencido en el pasado Campeonato de Europa para subirse al tercer cajón del podio.
Sin embargo, la húngara, quizás con la motivación de competir en casa y el apoyo de su afición, se impuso por ippon para arrebatar el bronce a Ariane Toro.
El quinto puesto final de la navarra es importante para escalar posiciones en los ránkings europeo y mundial en el camino de la joven judoca navarra hacia los Juegos de Los Ángeles 2028, donde confía en vivir su segunda experiencia olímpica, tras la de París, en la que pagó su inexperiencia con la derrota y eliminación en la primera ronda, treintaydosavos.