pamplona. Se le nota que es profesor. Habla con precisión, con un discurso fluido y se le ve tranquillo, una cualidad imprescindible cuando hay que tratar diariamente con escolares de 11 años. Sonríe cuando se le pregunta por las dificultades que pasan los educadores hoy en día y asegura que todos los días aprende algo de los chavales del colegio de primaria de Mendillorri donde da clases, pero cuando hay que hablar de montaña Txema Iriarte Delgado (Pamplona, 14-6-1960) se pone serio. Es hora de analizar su trayectoria al frente de la Federación y lo que le queda por hacer todavía.
¿Cómo es la vida de un profesor de educación de primaria que además debe presidir una federación?
Presencialmente dedico los lunes a la tarde a la federación, y el resto de la semana, como un profesor normal, me dedico a atender a mis alumnos y en el tiempo extra, aunque a veces se pueda complicar, me encargo de atender las necesidades para el funcionamiento de la federación.
¿Percibe en sus alumnos el gusanillo por la montaña o los suyos son más de videojuegos y de las nuevas tecnologías?
Creo que Mendillorri es en este aspecto un sitio privilegiado, porque desde que iniciamos el programa de juegos deportivos relacionados con el ámbito de la montaña uno de los centros que entró fue el de Mendillorri. Ahora hay unos cincuenta chavales, de 5º y 6º de primaria, que participan por iniciativa de sus padres en este tipo de actividades.
¿Para canalizar estas iniciativas es necesario que siempre haya un club de montaña detrás?
Lo que sé del caso concreto de Mendillorri es que hay un par de clubes que canalizan estas actividades, pero llegará el día en que Mendillorri, con la cantera que tiene, tendrá su propio club de montaña. Son ellos los que tienen que tomar la decisión, pero en cualquier caso en la Federación estamos contentos con la movilización de padres y alumnos que existe en Mendillorri.
¿Cuantos clubes hay en Navarra?
Setenta.
¿Y cuantas personas federadas?
7.300 en estos momentos.
O sea que se está muy cerca de esa cifra que comentó hace poco en el sentido de llegar a su primer ochomil
Vamos muy bien, porque todavía nos falta el empujón de la Semana Santa, el del verano y el de otoño, que son los periodos vacacionales que algunos aprovechan para federarse. Somos la segunda federación de Navarra, por detrás de la de fútbol y por delante del baloncesto y la caza. No está nada mal.
¿Le causa ese dato una responsabilidad mayor?
Más que al presidente, a todos los que estamos metidos en la dirección de los clubes y de la federación. Por supuesto que es una responsabilidad, pero también un honor. Normalmente nos encontramos con clubes muy pequeños, en la mayoría de los casos ubicados en barrios o poblaciones, a los que hay que agradecer el incremento en el número de personas federadas, que el año pasado fue del 16%.
¿Qué razones de peso ofrece para tener que federarse?
Tiene una doble vertiente: para el caso de accidentes y como acto solidario para otras actividades en las que el federado puede tomar parte o no. La primera es de seguridad. Aunque tengamos un seguro sanitario que nos cubre a todos y estemos escuchando cada día más cercanos los cantos de sirena de las administraciones que quieren comenzar a cobrar los rescates, esa no debe ser la razón que nos lleve a federarnos. El hecho de federarse supone también participar en actividades de grupo, supone promocionar actividades para otras personas como pueden ser los circuitos de marcha, de carrera, etc.
Parece deducirse de sus palabras que no le gusta en exceso la propuesta de que haya que pagar por un rescate en montaña.
Vamos a plantearlo de otra manera: y el que vaya a la playa también, porque allí también están los efectivos de la Cruz Roja. Egoístamente podría decir que a la federación le puede interesar que se pague por ese concepto, teniendo en cuenta que supondría un aumento de federados (11 euros de cada licencia van a la federación), pero no creo en esa política. De hecho, cuando se corre el encierro o en otra actividad de riesgo no te obligan a federarte en ningún sitio. A esto yo no le veo más sentido que tratar de sensibilizar a la sociedad de que es un servicio que cuesta dinero, pero si a los montañeros nos obligan a pagar ciertas cosas estaríamos en total desigualdad con el resto de la sociedad.
¿Cree que en Navarra se llegará a aplicar algún día esa medida?
No lo sé, de verdad, pero creo que se dice que habría que pagar el rescate en caso de negligencia, lo que en todo caso debe ser decidido por un juez. Empezó en Cataluña y luego fue adoptado por varias comunidades, como Asturias o Cantabria, pero todavía no se ha cobrado ninguno. Ahora la federación catalana está estudiando poner una multa, pero habría que pensar lo que cuesta buscar a una persona desaparecida y asumimos como normal que se activen todos los mecanismos de búsqueda. Si comparamos el número de accidentes en montaña en Navarra con los que, por ejemplo, se ahogan nos llevaríamos una sorpresa. Es cierto que cuestan dinero, pero menos de lo que supuso pintar los senderos para que no se pierda la gente.
¿Qué balance hace de estos cuatro años al frente de la federación?
Llegamos un grupo de personas interesados en el tema de los senderos, por el que estuvimos luchando mucho tiempo. Tras sacar adelante las comparecencias parlamentarias y el convenio correspondiente con el Gobierno de Navarra, nos sentimos en la obligación de quedarnos cuatro años más para atender el desarrollo de este proyecto, que hoy en día mueve a 200 voluntarios. Eso no quita para que a lo largo de este tiempo hayamos ido construyendo una idea de la federación más amplia, modernizando unas áreas y creando otras.
¿Podría precisarlas?
Ya teníamos los juegos deportivos, la escuela de alta montaña y la comisión de guías deportivas; y han entrado a funcionar el circuito de marchas, el circuito de carreras, el equipo de esquí se ha convertido en selección y como novedad para este año vamos a incorporar la copa de escalada, con tres pruebas cada una. El proyecto que más tristeza nos da es que la selección navarra de escalada no haya seguido por falta de gente que se comprometa a competir. La federación ha ido creciendo en la medida que las personas se han ido comprometiendo, no por la labor individual del presidente o de otra persona. Cada año hay más participación.
¿Tiene decidido si va a optar a la reelección?
No voy a seguir. Mi decisión es que después de cuatro años como vicepresidente y otros cuatro como presidente se termina un ciclo. Si las personas que vengan después quieren contar conmigo para algún área o comité estaría a su disposición, pero creo que lo mejor es ir renovando la junta o parte de ella cada cierto tiempo. No es sano tener un presidente durante mucho tiempo.
¿Se pone buena nota?
No es algo que me corresponda a mí decir, pero creo que hemos acabado con nota.
¿Dónde se pondría un suspenso?
Seguro que me he equivocado muchas veces, pero hay un asunto concreto, el relacionado con el plan de refugios libres, que tras ponerlo encima de la mesa, de hacer el estudio correspondiente, los grupos políticos no han sido capaces de sacarlo, aunque parece que sí hay dinero para otros proyectos como el circuito de Los Arcos o el pabellón Reyno de Navarra. A lo mejor nos faltó algo de insistencia o estaban ya cansados de nosotros tras el asunto de los senderos.
¿Cuál es el potencial futuro de la federación que dirige?
Vemos que desde 2004 hemos duplicado el número de federados y que la participación de los clubes también ha aumentado.
Hay montañeros que piensan que la falta de competitividad provoca que los deportes de montaña no tengan la cobertura mediática que sí disfrutan otras modalidades.
Estamos asistiendo a un cambio. La competitividad es algo innato a las personas y en la montaña caben todos. Hay que entender que ha evolucionado desde los años 70, hemos pasado de las grandes expediciones a otro tipo de formas de alpinismo a alto nivel, ahora hay competiciones que hace un tiempo eran impensables, que nos parecerían un sacrilegio, como las competiciones de escalada o las carreras, pero la sociedad está cambiando y la montaña debe hacerlo también. Para nosotros la competición es algo novedoso y para los que somos románticos no es algo que nos atraiga mucho.
¿Cómo percibe desde su puesto la situación actual del himalayismo
Hace 20 ó 30 años todos vibrábamos con las noticias que nos llegaban, tarde y mal, pero hoy en día son ascensiones express, con montantes económicos importantes en algunos casos. Pienso que son empresas comerciales, se mire como se mire, pero tampoco tiene por qué ser malo.