Pasan los años y nuestro coche se va llenando poco a poco de arañazos y abolladuras que estropean la carrocería de la que una vez estuvimos tan orgullosos. Pensamos en pintarlo de nuevo pero dudamos ante la inversión que sabemos que tendremos que hacer. Sin embargo, y aunque no sea algo económico, debemos tener en cuenta que valdrá la pena gastar dinero para que un profesional pinte nuestro coche en lugar de intentar ahorrarnos unos euros y, al final, acabar arrepintiéndonos.

De esta forma, hay diversos factores que van a condicionar el gasto de pintar nuestro vehículo. Uno de los principales es la comunidad autónoma en la que vivimos: según El Motor, la inversión económica que nos supondrá oscila entre los 700 y los 2.000 euros, siendo así el gasto medio en España de unos 1.300 euros.

También influye el lugar en el que vamos a pintarlo: por lo general, el coste será mayor en los concesionarios oficiales que en talleres independientes. Además, el tipo de pintura que elijamos condicionará no solo nuestra inversión económica, ya que, por ejemplo, la metalizada suele tener un coste superior a la mate, sino también la durabilidad de dicha pintura.

El tipo de coche que tengamos también determinará el precio: pintar turismos es más barato que pintar otros vehículos como los todoterrenos. Esto se debe a que, a causa de su mayor tamaño, estos coches necesitarán una mayor cantidad de productos, así como una mayor inversión de tiempo para completar el trabajo. De esta forma, se necesitan aproximadamente entre 17 y 22 horas para pintarlo. A esto también habrá que añadir los gastos por el uso de las instalaciones y el equipo.

Otro factor que hay que tener en cuenta es que pintar el coche completo será más caro que solo pintar algunas partes concretas. Así, según Autodoc, un coche tiene, por lo general, 14 piezas para pintar y el precio de hacerlo por separado suele oscilar entre 80 y 100 euros.

¿Cómo se pinta un coche?

1- Reparaciones en la carrocería. Antes de pintar es importante que la superficie no tenga desperfectos, como arañazos o abolladuras. Para conseguirlo se emplean productos como la masilla o la fibra de vidrio.

2- Lijar. Una vez que hayan eliminado los desperfectos de la carrocería es el momento de lijarla para que la pintura se adhiera bien y logremos un acabado perfecto. Además, si aún quedan restos de suciedad y grasa podremos emplear disolvente para eliminarlos.

3- Imprimación. Dar una primera capa de este producto sobre la chapa ayuda a aislarla y a evitar su oxidación.

4- Pintura. A continuación llegan las capas de pintura: cuanto mejor demos la primera mejor quedarán las posteriores y, en consecuencia, obtendremos un buen acabado final.

5- Barniz. Aplicar este producto sobre la pintura permitirá protegerla de las inclemencias del tiempo y le aportará más brillo.

6- Colocar las piezas. Cuando ya esté el proceso de pintura finalizado queda el momento de volver a montar las piezas en su lugar, aunque con cuidado de no estropearlas.

Un hombre repara un coche antes de pintarlo. Freepik

Cambiar el color del coche

Aunque podemos transformar el color de nuestro vehículo en cualquier momento, es importante que tengamos en cuenta una serie de aspectos antes de hacerlo.

1- Póliza de seguros. Es posible que el color del coche afecte a nuestra póliza de seguros debido a que los colores claros están considerados como más seguros porque tienden a sufrir menos accidentes de tráfico.

2- Carné de conducir. Este documento también incluye información sobre el color de nuestro vehículo así que, si decidimos cambiarlo, tendremos que actualizar los datos a la Dirección General de Tráfico.

3- Climatización. Los colores oscuros absorben más el calor que los claros de forma que el sistema de aire acondicionado tardará más tiempo en enfriar nuestro vehículo.