Cuando era pequeño, muchos domingos, después de la preceptiva peregrinación a los bares del casco antiguo de Pamplona –normalmente en busca de los calamares fritos y la tortilla de patatas del Bar Cordovilla-, nos dirigíamos a pie al barrio de La Milagrosa bajando por la Avenida de Zaragoza, en dirección a la casa de mis abuelos paternos. Al comenzar el descenso, y siempre que el ambiente fuera favorable –si no nos había tocado salir por piernas de lo Viejo entre el sonido de las pelotas de goma volando o si mi padre, con un carácter un tanto gruñón, tenía el horno para bollos-, yo solía insistir a mis padres y hermana en cruzar la calle y acercarnos a contemplar el escaparate del concesionario de Porsche. Mi padre solía asentir, porque sabía que para mí aquello era muy importante y también porque él disfrutaba contemplando aquellas máquinas. Era mi momento Charlie en la fábrica de chocolate.

El Porsche 911 era sin duda mi ejemplar favorito. Aquel coche tan extraño, con el motor bóxer de seis cilindros y colgado del eje trasero, algo inaudito en aquellos tiempos en lo que lo normal eran los vehículos de propulsor delantero y tracción anterior o posterior, refrigerado por aire y con una estética heredada de un modelo presentado en 1963, se antojaba un vehículo totalmente diferente a los demás. Potente, deportivo, exclusivo, con un sonido de escape metálico incomparable –a mí me recordaba a las motos de dos tiempos de cross y enduro de Bultaco, sobre todo a las 370-, carísimo, veloz y muy exigente de conducir –a tenor de lo que decían los afortunados que se podían poner a sus mandos-, representaba lo máximo para un incipiente amante de los coches como era este redactor por aquel entonces.

Se cumplen 60 años de la presentación del modelo deportivo alemán, y puede que mundial, más icónico del mercado

Desde que fuera presentado en el Salón Internacional del Automóvil IAA de Francfort en 1963, inicialmente bajo la denominación interna de 901 y en carrocería Coupé, el nueve once fue creciendo y sumando carrocerías y versiones de todo tipo para satisfacer la creciente demanda de un automóvil singular y estimulante como pocos. En 1965 llegaron los primeros Targa, descapotables con arco de seguridad adecuados a la normativa de Estados Unidos y que luego también gozaron del favor del público en otros muchos mercados; los Carrera RS nacieron en 1972, con su característico alerón “cola de pato”, un peso de sólo 960 kilogramos y una velocidad máxima de 245 km/h gracias a su motor de 210 CV; dejando el protagonismo en 1974 para el primer motor sobrealimentado, el 911 Turbo, con su tres litros de 260 CV y que luego llegaría a unos entonces increíbles 300 CV, sujetados por un enorme alerón trasero. Los Turbo se convertirían a partir de entonces en la versión más deseada y admirada de la gama 911. El Salón del Automóvil de Ginebra de 1982 vio la llegada del 911 SC Cabriolet, el primer descapotable con techo de lona de la saga, que luego se completó en 1989 con el Speedster con look Turbo que recordaba al precioso 356 Speedster de los años 50.

1989 también fue el año de la primera versión con tracción a las cuatro ruedas, coincidiendo con el 25º aniversario del 911, lo que suponía una clara apuesta por las prestaciones más deportivas asociadas a la seguridad de la tracción total. En 1992 regresarían las siglas RS con un Carrera RS superligero. Un año después el turbo pasa a ser biturbo y llega a la producción con un 3.6 de tracción total y caja de cambios de seis marchas. La evolución también alcanza a los Targa, que renuncian al arco metálico en favor de un techo de cristal que se desliza bajo la luneta trasera cuando está abierto. Precioso.

Sin duda, uno de los grandes cambios en estas seis décadas fue la incorporación de la refrigeración líquida en sustitución de la de aire, allá por 1997 y con el nacimiento de la quinta generación. Nuevas versiones, generaciones y estilos, como los Carrera GTS, irían incrementando la oferta de este modelo alemán icónico e irrepetible. Tanto que hasta en su día se creó una variante de carreras que triunfó en el Rally París-Dakar, y de la que se editó una serie limitada en 2022 como conmemoración de aquella victoria en la prueba más dura del mundo.

Porsche celebra el evento con una serie limitada de 1.963 unidades del 911 60º Aniversario, de 525 CV y 300 km/h

Y también como colofón de este sesenta cumpleaños, Porsche ha creado la serie especial de 1.963 unidades 911 S/T 60º Aniversario, con sus 525 CV, embrague ligero, caja de cambios manual de relaciones cortas, frenos cerámicos, llantas de magnesio, un peso de sólo 1.380 kilogramos en orden de marcha y una estética que recuerda a la variante de carreras del 911 S de finales de los sesenta y principios de los setenta. Capaz de alcanzar los 300 km/h de velocidad punta y de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos, dispone de detalles de diseño que son un guiño a la larga trayectoria del 911, del exclusivo pack Heritage Design (19.969 euros) y de hasta de un reloj de titano (12.150 euros), en sintonía con esta exclusiva edición limitada cuyo precio es de 349.225 euros.