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Macan 4: eléctrico, SUV y Porsche

Eléctrico, SUV y Porsche. El Macan electric es un automóvil tan seductor en su diseño como fascinante en su rendimiento, dinámica y placer de conducción. Un Porsche para quienes llevan la deportividad de los SUV al máximo nivel.

Porsche ha creado con el Macan electric un SUV que mantiene la esencia de la marca, pero sin impacto en el medio ambiente.

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Eléctrico, SUV y Porsche, así es el Macan electric y también la versión Macan 4 electric que hemos probado, y por ese orden de prioridades. Como a todo eléctrico, uno se acerca con las consabidas dudas sobre la autonomía, y la respuesta es de lo más lógica: “Depende”. Y depende, primero, del tipo de configuración que adoptemos en nuestra versión, porque las modificaciones que afectan al peso y la aerodinámica luego tienen consecuencias en la duración de la autonomía; y sobre todo depende de nuestro estilo de conducción. ¿Pero de verdad eso preocupa cuando estamos hablando de un Porsche? Con una autonomía media de 450 a 550 kilómetros, que bajaría a 400 si vamos muy muy alegres y superaría los 600 si somos prudentes con el pie derecho, el Macan electric cumple con nota.

A continuación tendríamos que decantarnos por la versión eléctrica del Macan que se ajuste a nuestras necesidades, deseos y bolsillo. Está la variante inicial, con 360 CV, 220 km/h de velocidad punta y propulsión trasera. Un escalón por encima, nuestro por un día Macan 4 electric se va a los 408 CV, 650 Nm, 5,2 segundos de 0 a 100 km/h y 220 km/h, con tracción a las cuatro ruedas. Un puntito más arriba, el Macan 4S electric dispone de 516 CV y 240 km/h de punta, dejando al Macan Turbo electric con sus impresionantes 639 CV, 1.130 Nm, 3,3 segundos para llegar a 100 km/h y 260 km/h de velocidad máxima. Ya ven que de prestaciones va más que servido. Por su parte, los precios fluctúan entre 82.500 y 117.000 euros, con las versiones intermedias en 85.500 y 93.000 euros, respectivamente. Luego, como ya se pueden imaginar -aunque a mí me cuesta mucho imaginarme en la tesitura de estar frente a un comercial eligiendo mi futuro Porsche-, está el capítulo de opciones y personalización. Los acabados en piel, la extensa lista de llantas de aleación, el maravilloso techo solar, la suspensión neumática, el eje trasero direccional, más una relación interminable de mejoras, convertirán al Macan electric en el coche de nuestros sueños.

Porsche crea con el Macan el SUV eléctrico de referencia, una máquina superlativa que convence y entusiasma a partes iguales

Para cuando llegue el momento de estampar la firma, y esto algo que les recomendamos encarecidamente con cualquier modelo, habrá tenido lugar la preceptiva prueba dinámica. Aquí, además de la amabilidad, amplia información y asesoramiento del concesionario, juega un papel fundamental tanto el diseño exterior e interior como las cualidades dinámicas del Macan 4 electric. Su diseño es sencillamente espectacular, tan bello, impresionante y moderno, que le deja a uno sin palabras. Es un cochazo lo mires por donde lo mires. Su frontal suena a Porsche, pero sobre todo a Porsche eléctrico; la vista lateral muestra unas proporciones fantásticas -todo el mundo se sorprende al ver lo grande que es, con 4,784 metros de largura, 1,938 de anchura, 1,622 de altura y 2,893 de distancia entre ejes, porque parece más pequeño-; y la perspectiva posterior recuerda al idolatrado 911. De hecho, creo que todos los Porsche llevan en alguna medida los genes e identidad visual del mítico deportivo de motor colgado del eje trasero. Y por dentro sigue la fiesta. Te sientas y todo encaja como un guante y es indudablemente Porsche. Aquí nadie va a tener la sensación de conducir un ordenador con ruedas, esto es el interior de un coche, de gama muy alta, acabado exquisito, estética elegante y limpia, y una calidad de terminación sobresaliente. Y, aunque no suele ser lo habitual en la marca, la habitabilidad es excelente. Con mi 1,81 metros de altura me acomodaba en las plazas delanteras y posteriores perfectamente, a lo que se suma un maletero de 540 litros con un hueco frontal de 84 litros más.

Con potencias entre 360 y 639 CV y hasta 260 km/h de velocidad punta, el Macan electric sigue fiel a la filosofía deportiva de la marca alemana

Y luego comienza la diversión, es hora de conducir. Lo primero, como SUV y eléctrico, admite un uso absolutamente civilizado y respetuoso con los límites de velocidad. El Macan electric es un coche perfectamente válido para todos los días, todos los usos y tan familiar como cualquier otro vehículo. Amplio, confortable, con unas suspensiones que lo mismo absorben cualquier irregularidad que sujetan la carrocería y permiten un control milimétrico aunque rodemos desatados; silencioso y tremendamente fácil de manejar; nadie diría que llevamos un automóvil de 408 CV, 650 Nm y 220 km/h. Eso sí, como también ocurría con las proporciones, que parece más pequeño de lo que es por lo equilibrado de éstas, con la velocidad ocurre algo parecido: corre muchísimo y no tienes la sensación de ir deprisa, pero el marcador indica velocidades muy elevadas.

Los tramos de curvas, sin importar el firme ni lo revirados que sean, son pan comido, incluso a ritmos de escándalo. Los 2.400 kg que pesa parecen haber desparecido, como si no hubiera inercias en curva, y los frenos trabajan como se espera de un Porsche, con contundencia y dosificación. Dirección y amortiguación brillan al mismo nivel, sobresaliente, y los diferentes modos de conducción aportan un plus de disfrute y precisión al manejo. Uno acaba teniendo la sensación de llevar un compacto deportivo de 1.400 kg y no un SUV de 2.400. Fabuloso.

Para los que amamos los coches, acceder a las instalaciones de Porsche a las afueras de Pamplona es como adentrarse en un parque de atracciones para mayores: sabes que la diversión está asegurada. Cuando te subes en algunos de sus modelos, sea el que sea -también este Macan 4 electric-, y pisas el acelerador, te espera una descarga de emociones que te pone las pilas y dibuja en tu rostro una permanente sonrisa. De hecho, yo todavía no he conseguido borrarla de mi cara.