Eustaquio, Tako, Pezonaga Larrea falleció esta semana a los 73 años en Barbate (Cádiz), localidad a la que se había mudado durante ocho meses para escribir su dilatada trayectoria en la cultura. 

Este publicista, comunicador y promotor cultural acumula una dilatada carrera profesional que desarrolló en su Pamplona natal, Madrid, Castilla y León o Brasil, entre otros lugares. Con sus ideas fue pionero en distintos ámbitos de la cultura y sorprendió con novedades en festivales, teatros, música, artes plásticas o medios de comunicación. DIARIO DE NOTICIAStambién se aprovechó de su talento, ya que Tako Pezonaga se convirtió en una de las figuras clave para la campaña de lanzamiento del rotativo en 1994, con aquel lema: El otro.

Eustaquio 'Tako' Pezonaga, en una imagen de archivo.

Comunicador vocacional

Nació el 5 de mayo de 1952 en el seno de una familia numerosa, desde niño mostraba su vocación por comunicar, motivo que el que comenzó a estudiar Periodismo, pero no obtuvo el título. A pesar de ello, gracias a su capacidad para comunicar formó parte de la plantilla de Radio Popular en los años 70, donde forjó amistades como la de Rafael Escalada que junto a Paco Avizanda promovieron radio musical en FM.

Tako Pezonaga inició una nueva etapa cuando abre la empresa de servicios integrales de comunicación y publicidad Tic Tac, en la calle Amaya de Pamplona. Sus oficinas contaban con un estudio de grabación, en el que preparaba programas de radio y cuñas publicitarias. Desde Tic Tac se confeccionó la campaña de lanzamiento de DIARIO DE NOTICIAS allá por 1994. 

Un vagón como vivienda

Tako Pezonaga también vivió en un vagón adaptado como vivienda, ubicado en Ávila.

La agencia gestionó una cartera de clientes formada por instituciones públicas, grandes empresas o entidades financieras –las cajas de ahorro de la época–. Además, desde ese estudio de grabación produjo un disco multiventa titulado Un 7 de julio cualquiera con el chum chum de las peñas; y logró juntar por primera vez a dos referentes de la movida madrileña en 1982, Parálisis Permanente y Gabinete Caligari, para producir un EP (Extended Play). 

Descentralizar el festival

En 1983 fue fichado para dirigir el Festival de Olite, y se rodeó de un equipo multidisciplinar para afrontar este nuevo reto. No dudó en añadir a la oferta cultural de danza, teatro y artes plásticas, disciplinas que hasta entonces no habían disfrutado de una oportunidad para promocionarse, como el folklore y el cómic. Un año después tomó la decisión de descentralizar el Festival de Olite para que se convierta en Festivales de Navarra, con el estreno de sedes en Pamplona, Alsasua, Estella y Tudela. Por aquel entonces empezaron a actuar en la Comunidad Foral unos jóvenes Antonio Banderas, Alaska o Golpes Bajos, entre otros muchos artistas.

En sus inicios como gestor cultural, propició la actuación de Sabicas en el Teatro Gayarre; y de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en el salón de actos de los Escolapios.

Compañía de gira

Posteriormente se desplazó a Madrid cuando Miguel Narros, director del Teatro Español, le contrató como director de comunicación. En esa andadura, Tako Pezonaga apostó por organizar, como novedad, una gira con esta compañía por otras comunidades.

Su inquietud por abordar más retos a través del emprendimiento le llevó a constituir una empresa de promoción cultural y confeccionó un espectáculo de flamenco con Manuela Vargas: El sur/la petenera. También coordinó la visita del papa Juan Pablo II a Galicia y se implicó en el diseño de acciones para lanzar el Plan Nacional del Sida, que dirigía el médico y político navarro Carlos Artundo. Siempre calificó de “linchamiento político y mediático” todo que se generó contra él con motivo de la campaña de lanzamiento del Plan Nacional del Sida. Esa situación propició su marcha a Brasil, donde residió varios años y se decantó por mostrar sus conocimientos en la hostelería.

Tras detectarle una enfermedad durante su estancia en el país americano, prefirió regresar a Navarra. Propulsó los Premios Max de las artes escénicas; y en la edición de este año que tuvo lugar en el Teatro Gayarre, sus organizadores le homenajearon. 

Su último trabajo en el terreno de la cultura fue una exposición retrospectiva del pintor Fernando Iriarte, que se pudo visitar en el Palacio del Condestable tras ser presentada por el Ayuntamiento de Pamplona a finales de enero. 

Esta última etapa vivió en Mutilva, hasta que recientemente se planteó viajar hasta Barbate para pasar allá una temporada; y ha sido en la localidad gaditana donde ha muerto. “Era un gran amante de la cultura, con un criterio estético desarrollado y un gusto exquisito por la belleza”, describen sus amistades.