PAMPLONA. Vestida con un abrigo rojo y armada únicamente con su bolso, cruza la calle y la emprende a trompazos con los ladrones. Les golpea una y otra vez en los cascos que llevan en la cabeza, sin detenerse hasta hacerlos huir en moto. Azorados, dos de ellos acaban por el suelo.
“Increible, increible, el valor que demostró al hacer eso. No sé si se da cuenta, pero es algo muy peligroso. Eran seis jóvenes, con martillos, intentando robar. Para para algo así hay que ser muy osada”, dice el joyero. “Estábamos aterrados. Cerramos la puerta. Nos escondimos detrás del mostrador. Estábamos muy asustados. Y entonces, miramos fuera y, Dios la Bendiga, estaba corriendo por la calle con su bolso en alto, golpeándoles en el casco”, relata emocionada una empleada.
Uno de los cacos fue detenido en el acto. Otros tres, poco tiempo después. Mientras tanto, la nueva heroína del pueblo británico prefiere seguir en el anonimato.