"Si el Papa llega a reconocer con claridad que física, psíquica y mentalmente no puede ya con el encargo de su oficio, tiene el derecho y, en ciertas circunstancias, también el deber de renunciar", son palabras de Benedicto XVI en el libro-entrevista Luz del mundo publicado el año 2010.

El 11 de febrero de 2013 pasará a la historia de la Iglesia católica como el día en que, por segunda vez en veinte siglos, después de Celestino V, un Papa renunciaba a su cargo. En coincidencia con la festividad litúrgica del santuario de Lourdes, día del enfermo para toda la iglesia, la jornada había comenzado con toda normalidad en el Vaticano. A media mañana había empezado un consistorio o reunión extraordinaria de cardenales para la aprobación de unos casos de canonización. Y fue en ese acto cuando sorprendiendo a todos Benedicto XVI pronunció en latín su decisión de dimitir: "Muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, sucesor de San Pedro".

La sorpresa fue general, incluso para los cardenales allí presentes. En la conferencia de prensa celebrada poco después parece que el propio portavoz Federico Lombardi se mostró algo tenso, ante un acontecimiento no previsto y sobre el cual tenía que responder a las preguntas de periodistas-corresposonsales de todo el mundo.

Benedicto XVI fue muy preciso al afirmar que el próximo 28 de febrero, a las 20- 00 horas de Roma, quedara vacante la sede del sucesor de Pedro. Posteriormente se ha añadido que, una vez dejado el cargo, Benedicto XVI se retirara, primero a la villa veraniega de los papas en Castel Gandolfo, a unos 20 kms. de Roma. Mas adelante, una vez concluidos los trabajos que se realizan actualmente se trasladara a vivir en un edificio que ha sido convento de clausura en la parte mas alta de la colina del Vaticano. Desde allí se domina todo el territorio del Vaticano y gran parte de Roma. No será fácil el acceso ya que todo el territorio del estado del Vaticano esta rodeado por una muralla y las pocas entradas están vigiladas por la gendarmería y la Guardia suiza. El ex sumo Pontífice tendrá por lo tanto una residencia dentro del Vaticano, a pocos metros de la Basílica de S. Pedro, y en una zona residencial en la que reina la calma, y el silencio.

El portavoz Federico Lombardi recordó un importante articulo del Derecho Canónico que se refiere precisamente a las circunstancias en que se ha de realizar la posible renuncia al papado. Dice el canon 332: "En el caso de que el romano pontífice renuncie a su oficio, se requiere para la validez, que la renuncia sea hecha libremente y que sea debidamente manifestada. No se requiere, en cambio, que alguien la acepte". Ambas condiciones se han cumplido en este caso.

Benedicto XVI había pensado, ciertamente en esta posibilidad. El debate sobre la renuncia de un papa a su cargo se agudizo sobre todo los últimos años de Juan Pablo II cuando todo el mundo fue testigo del progresivo deterioro del estado de salud de aquel hombre que, en cambio, considero que debía mantenerse fiel al cargo hasta su muerte. Pero en el libro Luz del mundo antes citado, a la pregunta del periodista Peter Seewald, sobre si las situaciones difíciles podrían inducirle al Papa a la renuncia, Benedicto XVI responde: "Cuando el peligro es grande no se puede escapar; y por eso, y aquí el Papa se refería al escándalo de la pederastia en el clero católico? no es este el momento para dimitirse. Y prosiguió: "Es precisamente en esos momentos en que es necesario resistir y superar la situación difícil. Este es mi pensamiento. Se puede dimitir en un momento de serenidad, o cuando sencillamente no es posible continuar, pero no se puede escapar en el momento del peligro y decir 'que se ocupe otro de esto"

En fin también se afirmo que no es la salud mas o menos precaria pero fundamentalmente buena en un anciano que va a cumplir en abril los 86 años de edad, lo que explica la dimisión de Benedicto XVI sino la falta de un vigor que como el mismo ha dicho textualmente "es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que en los últimos meses, ha disminuido en mi de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado".

Comienza un periodo importante para la Iglesia ya que ahora habrá que proceder a la elección de otro Papa, y habrá que hacer frente a algunos acontecimientos programados, previstos para este año 2013, entre ellos la celebración del año de la fe, la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro y otras grandes celebraciones en el Vaticano.