pamplona. Por primera vez en la historia política de Honduras, uno de los países más pobres del continente americano, nueve partidos participarán en las elecciones presidenciales y generales de hoy, los novenos desde 1980. Pero no son unos comicios más. Ni mucho menos. Por primera vez, tras más de un siglo, más de cinco millones de hondureños deciden hoy si continúa o desaparece el bipartidismo que han mantenido los partidos Nacional, en el poder, y Liberal, primera fuerza de la oposición, ambos de cariz conservador.
Y es que a raíz del golpe de Estado del 28 de junio de 2009 al entonces presidente, Manuel Zelaya, se presentan cuatro nuevos partidos, de los que uno, el Libertad y Refundación (Libre), es la fuerza a batir por parte de los dos partidos tradicionales. De acuerdo con las últimas encuestas publicadas en Honduras, el candidato del oficialista Partido Nacional, Juan Orlando Hernández, se impondría con una ventaja mínima sobre Xiomara Castro, esposa del ex presidente Manuel Zelaya y candidata del Partido Libertad y Refundación (Libre). Zelaya, quien tras más de un año de exilio regresó al país en mayo de 2011 con mucho protagonismo político y ahora quiere ser diputado ante el Parlamento por el partido que lidera su mujer. Zelaya, ahora coordinador general de Libertad y Refundación, llegó al poder el 27 de enero de 2006 bajo la bandera del Partido Liberal, pero fue derrocado y expulsado del país cuando promovía una consulta popular para reformar la Constitución, pese a que la ley lo prohibía.
Otros partidos políticos que surgieron tras el golpe de Estado fueron el Anticorrupción, que lleva como candidato a la Presidencia a Salvador Nasralla, un presentador de televisión, y la Alianza Patriótica Hondureña, que lidera Romeo Vásquez, que fue jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas durante la administración de Zelaya y la principal figura militar del golpe contra él. Se suma el Frente Amplio Político en Resistencia (Faper), cuyo líder es Andrés Pavón, quien dirige un cuestionado Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh). El Faper ha hecho una alianza con el UD, al menos para la candidatura presidencial, que lidera Pavón. Debido a la alianza que hicieron UD y Faper, los candidatos a la Presidencia de Honduras en las elecciones quedaron en ocho, aunque los partidos que están participando en la contienda son nueve.
mayo La participación de nueve partidos provocaría que, por primera vez, ninguno tenga mayoría absoluta en el Parlamento, según los analistas locales y líderes de las tres agrupaciones que acaparan, al menos en las encuestas, las mayores intenciones de voto: Nacional, Liberal y Libre. En cuarto lugar figura el Partido Anticorrupción, que podría tener una importante representación en el Legislativo, mientras que de los restantes grupos minoritarios algunos corren el riesgo de desaparecer. Las elecciones de este domingo serán las novenas consecutivas desde que Honduras retornó a la democracia en 1980, cuando se formó una Asamblea Nacional Constituyente que redactó la actual Constitución y convocó elecciones generales en 1981.
De los 8,5 millones de habitantes que tiene Honduras, 5,3 podrán ejercer el sufragio, según el padrón oficial del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Unos 15.000 observadores, entre ellos alrededor de 750 extranjeros, seguirán las elecciones, que se espera sean las más concurridas hasta ahora. En las de 2009 hubo una abstención que superó el 50%, en parte por la crisis política y social en que se dividió el país tras el golpe de Estado de 2009. Los hondureños votarán para elegir un presidente, tres designados presidenciales (vicepresidentes), 298 alcaldías municipales, 128 diputados del Parlamento y 20 del Parlamento Centroamericano (Parlacen).
El ganador de los comicios será el sucesor de Porfirio Lobo, que dejará su puesto el 27 de enero de 2014. Logró el reconocimiento internacional de su país tras el aislamiento por el golpe de Estado de junio de 2009 al entonces gobernante, Manuel Zelaya, aunque no cumplió sus promesas de campaña.
el fracaso de lobo A dos meses del final de su mandato de cuatro años y a pocos días de los comicios del domingo, Lobo no ha cumplido con las únicas dos promesas que hizo a los hondureños: trabajo y seguridad, pese a que, según un anuncio que mantiene por radio y televisión, siempre soñó y se preparó "para llegar a ser presidente de Honduras" y "servir" a su país. "Sé que no pude lograr todo lo que soñaba, pero volvimos a ser un país reconocido por el mundo, volvimos a tener estabilidad y paz, pudimos sanar el conflicto político y unir de nuevo a la familia hondureña", añade el mensaje del gobernante, quien heredó un país dividido social y políticamente, entre otros problemas.
Lobo ganó en noviembre de 2009 unas elecciones que se celebraron en un ambiente muy difícil por el derrocamiento y expulsión de Zelaya del país cinco meses antes, a lo que la comunidad internacional respondió con un aislamiento que duró más de un año y que se cerró gracias a un acuerdo entre el entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez, con el de Colombia, José Manuel Santos, y el propio Porfirio Lobo, y que permitió regresar a Zelaya a Honduras dos años después de su expulsión del sillón presidencial.