WASHINGTON. El Gobierno de Estados Unidos impuso de nuevo esta medianoche hora de Washington (04.00 GMT) una serie de sanciones que había levantado a Irán tras el acuerdo nuclear de 2015 con el objetivo de "cambiar el comportamiento" de los ayatolás y forzarles a negociar un nuevo pacto "más amplio".
La reanudación de sanciones busca aislar económicamente al Ejecutivo iraní, forzando a compañías extranjeras a cerrar sus negocios en el país persa; aunque al mismo tiempo amenaza con profundizar la brecha entre EE.UU. y la Unión Europea (UE), ya que las sanciones afectarán a empresas europeas.
"Estados Unidos está completamente comprometido a hacer cumplir nuestras sanciones", afirmó este lunes el presidente estadounidense, Donald Trump, según recoge la Casa Blanca en un comunicado.
Trump avisó de que "los individuos o entidades que no cancelen sus actividades con Irán corren el riesgo de sufrir graves consecuencias".
Y aseguró que Estados Unidos ha estado trabajando con otras naciones para implementar una "campaña de máxima presión económica" contra el Ejecutivo iraní.
A pesar de esa campaña, el mandatario reiteró su deseo de negociar un acuerdo más amplio, que no se limite al programa nuclear de Irán y englobe sus actividades en países como Yemen y Siria.
"Estoy abierto a alcanzar un acuerdo más amplio que aborde toda la gama de actividades malignas del régimen, incluido su programa de misiles balísticos y su apoyo al terrorismo", aseveró Trump.
Para reanudar las sanciones, Trump firmó este lunes una orden ejecutiva en la que estableció que, a partir de las 00.01 de hoy hora local (04.00 GMT), estará prohibido el comercio de oro, metales preciosos y materiales como el aluminio y el acero, así como la venta de automóviles fabricados en Irán.
Asimismo, EE.UU. rechazará las transacciones financieras relacionadas con el sistema de ferrocarriles, impondrá sanciones a quienes compren o faciliten la emisión de deuda soberana iraní y prohibirá a Irán usar dólares estadounidenses.
Washington también revocó los permisos que permiten la importación de alfombras y alimentos iraníes, como los pistachos.
En una conversación telefónica con periodistas, funcionarios estadounidenses explicaron que el objetivo es doble: forzar a Irán a negociar otro acuerdo y cambiar su "comportamiento".
"Nuestra política no es forzar un cambio de régimen, sino modificar el comportamiento del régimen", indicó uno de esos altos funcionarios, en un gesto que evidencia el deseo de EE.UU. de un cambio de Gobierno, pero en el que no hace un llamamiento para la salida de los ayatolás.
Trump reiteró en su declaración el respaldo de Estados Unidos a las protestas que comenzaron en diciembre en Irán por la crisis económica, pero en las que han llegado a escucharse lemas contra el propio sistema de la República Islámica.
"Estados Unidos -afirmó Trump- sigue apoyando al sufrido pueblo iraní, que es el legítimo heredero de la rica herencia de Irán y es la verdadera víctima de las políticas del régimen. Anhelamos el día en que el pueblo de Irán y los habitantes de toda la región puedan prosperar juntos en condiciones de seguridad y paz".
La reanudación de sanciones se produce 90 días después de que Trump anunciara el 8 de mayo su salida del acuerdo nuclear suscrito en 2015 por Irán y el G5+1, integrado por Rusia, China, el Reino Unido, Francia, Estados Unidos y Alemania.
Dentro de 180 días, es decir, en la medianoche del 4 al 5 de noviembre, entrará en vigor la segunda ronda de sanciones entre las que se incluyen prohibiciones a las transacciones financieras con el Banco Central de Irán y la venta de petróleo, una de las principales fuentes de divisas del país.
Para proteger a las empresas europeas, mañana la UE activará una legislación, conocida como "estatuto de bloqueo" que incluye la posibilidad de que empresas reciban compensaciones por las sanciones de Estados Unidos.
Hasta el momento, las más afectadas son las multinacionales con grandes intereses en EE.UU., como Total, Airbus, Peugeot o Siemens.
La medida de hoy de Washington debilita aún más el acuerdo multilateral, aunque el resto de países que lo suscribieron (Rusia, China, el Reino Unido, Francia y Alemania) se mantienen comprometidos con su cumplimiento y están negociando con Irán para contrarrestar el impacto de las sanciones.
MEDIDAS EUROPEAS La Unión Europea (UE) hace hoy efectiva una serie de medidas para limitar el impacto de las sanciones estadounidenses a Irán en las empresas europeas, abriéndoles la puerta a reclamar compensaciones por daños y perjuicios y proteger a los europeos que hagan negocios con la República Islámica.
Ante la preocupación de las empresas europeas con negocios en el país persa, Bruselas ha actualizado su legislación para tranquilizar a los inversores y asegurar que recuperan el daño que puedan causar esas sanciones extraterritoriales que considera "ilegítimas", informaron fuentes europeas.
"Si las sanciones de Estados Unidos tienen como objetivo regular la conducta de las empresas de la Unión Europea aunque ésta no tenga relación con la legislación estadounidense son ilegítimas e ilegales", consideraron las fuentes.
Según la UE, las empresas tendrán que respetar las sanciones pero este mecanismo permitirá "mitigar su impacto".
Jurídicamente, las medidas suponen una actualización de una legislación ya vigente desde 1996, conocida como "estatuto de bloqueo", en respuesta a posibles sanciones extraterritoriales a Cuba, Irán y Libia.
Bruselas anunció ya en mayo que actualizaría este estatuto, cuando Estados Unidos decidió retirarse unilateralmente del pacto nuclear auspiciado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Su implementación se actualiza hoy a raíz del anuncio de la reanudación de sanciones por parte de Washington, con las que busca aislar económicamente al Ejecutivo iraní, forzando a compañías extranjeras a que reduzcan o cierren sus negocios en el país persa.
Bruselas espera dar una protección jurídica a sus empresas, "sobre todo a aquellas que no tienen presencia física en Estados Unidos", con una "protección legal" que minimice el riesgo anulando el conjunto de decisiones que emanen de estas sanciones y afecten a las empresas europeas.
Además, anulará en territorio comunitario los fallos en tribunales extranjeros basados en dichas sanciones y prohibirá específicamente a ciudadanos europeos su cumplimiento.
De este modo, según la legislación comunitaria, las empresas europeas pueden denunciar no sólo a Estados Unidos por los perjuicios que puedan causarles esas sanciones sino también a firmas americanas o europeas que decidan romper unilateralmente un contrato como consecuencia de las imposiciones de Washington.
En caso de querer abandonar sus actividades en Irán como consecuencia de las sanciones, las empresas europeas tendrán que pedir una autorización expresa a la Comisión Europea (CE), que podrá hacer excepciones sólo si las compañías consiguen probar que las medidas de Washington entorpecen su actividad.
Las medidas buscan mantener la conservación de los canales financieros comunitarios con Irán y asegurar la exportación de gas y petróleo iraní, y reiteran el apoyo a la implementación del acuerdo, "fundamental para la seguridad de la UE", subrayaron las fuentes.
"La UE se mantendrá firme en su protección de los actores económicos que hagan negocios con la República Islámica conforme a lo dispuesto por el Consejo de Seguridad de la ONU y el derecho comunitario", agregaron.
Además, la UE reitera la necesidad de "mantener un diálogo estructurado" para garantizar la implementación del acuerdo, que según la ONU Irán está respetando, y asegurar la normalización de las relaciones económicas y comerciales con ese país, especialmente en sectores clave como banca y finanzas, petróleo o transportes.
Por otra parte, la CE había puesto en marcha en mayo un proceso destinado a eliminar los obstáculos para que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) pudiera financiar actividades en Irán, aunque fuentes de esta institución aclararon hoy a Efe que ésta "no es actualmente un instrumento financiero en el país".
"Dependemos igualmente de las fluctuaciones del mercado y estaríamos igualmente afectados por las sanciones, por lo que no somos un instrumento de financiación viable", afirmaron las fuentes, que aseguraron que el BEI no financia actualmente ninguna actividad en Irán.