La entrega de Txeroki se produce dieciocho años después del asesinato del magistrado y tras muchas vicisitudes judiciales que a punto han estado de echar al traste la investigación del atentado y precipitar el cierre del caso sin resolver. Los dos hijos del juez, junto con su viuda Marisa Galarraga, fueron testigos presenciales del tiroteo perpetrado frente al garaje de la vivienda familiar y posteriormente reconocieron al etarra en una rueda de reconocimiento.

En todo este tiempo, la inacción y las negligencias de la Audiencia Nacional han ralentizado y puesto en peligro el juicio ya que, según ha denunciado la propia familia, una mala atribución de la autoría del asesinato a un comando erróneo por parte del juez instructor provocó el retraso en una década la investigación y dejó la causa al borde de la prescripción. Además, la familia de Lidón ha denunciado la ineficacia de la administración de justicia y de las altas instancias policiales a la hora de reclamar la extradición de Aspiazu debido a que la solicitud se extravió camino de París, con el agravante de que además, una vez subsanado el error, el juez rechazó hacerlo con carácter de urgencia.

Ahora sí parece que la entrega se va a realizar en tiempo y forma y el exjefe de ETA será entregado la semana que viene y posteriormente puesto a disposición de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, según informan fuentes jurídicas. El juicio aún no se ha señalado, si bien se prevé próximo. Francia ha autorizado que la entrega temporal tenga una duración máxima de 4 meses, aunque cabe solicitar prórroga.

Cuando la familia Lidón-Galarraga hizo pública su denuncia por la negligencia de los jueces implicados, Jordi, uno de los dos hijos, reconoció en una entrevista a este diario que lograron reabrir el caso gracias a su perseverancia y a que el juez Lidón era una persona muy conocida en Euskadi y Madrid. “Hemos tenido la suerte que mi padre era una persona muy relevante en la judicatura y hemos podido ir tocando puertas y pidiendo favores”, relató el hijo del juez para explicar el “largo y tortuoso” camino para evitar el cierre de un caso que, en circunstancias normales, se hubiera visto en cinco o seis años.

Antes que Txeroki, este viernes será entregado a España el pamplonés Mikel Carrera Sarobe, alias Ata. El también exjefe de ETA será juzgado por la furgoneta de explosivos interceptada en Zamora en 2010 y que tenía como destino Portugal. Ata no llegó a ser juzgado por aquella ‘misión’ en la que el auto de procesamiento le sitúa como responsable. Además, el pasado mes de julio, ha sido procesado en la Audiencia Nacional por el asesinato en mayo de 2001 del presidente del PP de Aragón Manuel Giménez Abad, cuyo hijo y testigo del crimen le identificó a en una rueda de reconocimiento celebrada en 2018.

el caso de anboto Maríxol Iparragirre, alias Anboto será entregada el 4 de septiembre, según fuentes jurídicas. En su caso no será una entrega temporal, dado que termina de cumplir la condena en Francia. Ingresará en prisión en espera de juicio por el asesinato del comandante Luciano Cortizo, y después tendrá que afrontar los otros 13 asesinatos que se le imputan. - Humberto Unzueta