La veterana periodista australiana Lynne O'Donnell abandonó ayer Kabul rumbo a Pakistán tras haber sido arrestada y supuestamente obligada por los talibanes a emitir una disculpa pública por una serie de artículos críticos con el gobierno talibán.

"Afganistán se ha convertido en el centro mundial del yihadismo y el mundo está amenazado por ello", afirmó O'Donnell este jueves en una entrevista telefónica con Efe una vez llegó a Islamabad.

La reportera de guerra, que escribe para la revista americana "Foreing Policy", fue detenida el pasado martes durante cuatro horas por un grupo de hombres armados, que la trasladaron al cuartel de los servicios de inteligencia de los talibanes, donde las autoridades le advirtieron para que se retractara de sus artículos si no quería ir a la cárcel, relató la periodista.

"Me disculpo por 3 o 4 informes escritos por mí acusando a las autoridades actuales de casar a la fuerza a adolescentes y usarlas como esclavas sexuales por parte de los comandantes talibanes. Este fue un intento premeditado de difamación y una afrenta a la cultura afgana", escribió a continuación O'Donnell en Twitter.

"Estas historias se escribieron sin ninguna prueba o base sólida, y sin ningún esfuerzo para verificar las instancias a través de una investigación en el lugar o reuniones cara a cara con las presuntas víctimas", agregó.

Tras ser liberada y abandonar el país de forma segura rumbo a Islamabad, la reportera reveló finalmente lo aparentemente ocurrido: "Ellos dictaron. Tuiteé. No les gustó. Eliminé, edité, retuiteé. Hice un video mío diciendo que no fui coaccionada. Re-hice eso también", afirmó en Twitter.

El motivo del arresto

Según O'Donnell, antes de su arresto, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores talibán, Abdul Qahar Balkhi, le dijo en una reunión que las agencias de seguridad e inteligencia no la reconocían como periodista y que le ordenarían salir del país.

"Se refirió a una serie de historias que había escrito diciéndome que las había inventado", dijo O'Donnell.

El portavoz la tildó de "colonialista supremacista blanca" y le recordó un ataque talibán al personal de la cadena de televisión afgana Tol en 2016 después de que estos realizasen una noticia falsa y se negaran a retractarse.

"Fue abusivo y grosero y es un mentiroso, ni siquiera usa su nombre real", agregó.

Tras lo sucedido, O'Donnell envió un mensaje de texto al portavoz del Gobierno talibán, Zabihullah Mujahid, contándole lo que le estaba pasando, pero no recibió respuesta.

"Comenzaron a monitorear mi teléfono e interrogaron a las personas con las que me reuní", remarcó la periodista, que todavía sigue sin poder localizar al conductor con el que estuvo en el país.

En las cuatro horas que duró su arresto, la periodista no sabía cómo terminaría su situación, pero sí estaba segura de que no la agredirían físicamente porque los talibanes necesitan legitimidad y eso habría arruinado aún más su imagen internacional, dijo.

La situación de Afganistán

Los cuatro días que estuvo en Afganistán le sirvieron a esta veterana periodista para hacerse una idea de cómo vive el país tras la toma de poder por parte de los talibanes hace poco más de un año.

O'Donnell aseguró que ahora no hay leyes ni seguridad en el país para los talibanes, que operan con impunidad y protegen a quienes consideran sus aliados durante las dos décadas de invasión estadounidense, entre ellos, las células terroristas de Al Qaeda, los talibanes paquistaníes Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP) y el Movimiento Islámico del Turquestán Oriental, entre otros.

La periodista cree que los fundamentalistas han sido incapaces de hacer la transición del campo de batalla al Gobierno.

"Creo que son incompetentes, tontos, peligrosos y arrogantes. Lo que necesitan desesperadamente es el reconocimiento de la comunidad internacional", sentenció.