La primera ministra saliente de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, ha agradecido este martes al país por el "amor", "empatía" y "amabilidad" que le han brindado mientras estuvo en el cargo, y ha vaticinado que su sucesor, Chris Hipkins, será un "maravilloso" primer ministro.

"Por mi parte, quiero que sepan que mi abrumadora experiencia en este trabajo al frente de Nueva Zelanda y los neozelandeses me deja amor, empatía y amabilidad. Eso es lo que la mayoría de Nueva Zelanda me ha demostrado", ha dicho.

"Quiero que sepan que me voy con más afecto por Nueva Zelanda y su gente que cuando empecé, y no creía que eso fuera posible", quien se ha atrevido con algunas palabras en maorí para agradecer "desde el fondo del corazón" que le hayan permitido cumplir "el mayor privilegio" de su vida, informa la emisora RNZ.

Último discurso

En su último discurso como primera ministra también ha tenido palabras de cariño y apoyo para quien es su sucesor, Chris Hipkins, o como se ha referido a él, su "amigo Chippy", una persona, ha alabado, "agradable" y "con los pies en la tierra".

"Chippy, eres un amigo y colega para todos nosotros, pero sé que serás un maravilloso primer ministro", ha dicho Ardern un día antes de presentar de manera oficial su renuncia como paso previo al juramento de Hipkins.

Las palabras de Ardern han tenido lugar por el 150 cumpleaños del profeta Tahupotiki Wiremu Ratana, fundador de la Iglesia Ratana, una de las religiones maoríes. "La relación entre Ratana y el laborismo es mucho más profunda que la de los individuos, pero se mantendrá, continuará y se fortalecerá", ha dicho.

Renuncia por sorpresa

La semana pasada Ardern anunció por sorpresa su renuncia a liderar el país y el Partido Laborista, reconociendo no contar ya con las fuerzas necesarias para llevar a cabo tales empresas. Se convirtió en la primera ministra más joven del mundo al ser elegida a los 37 años en 2017.

Bajo su mandato lidió con el tiroteo de la mezquita de Christchurch, en el que murieron 15 personas y medio centenar resultaron heridas, y tras su reelección guió a Nueva Zelanda a través de la pandemia, logrando ser uno de los primeros países libres de casos de coronavirus, mientras el resto del mundo permanecía encerrado.