Cuando Estados Unidos todavía no ha digerido la muerte de Tyre Nichols a manos de cinco policías de Menphis el pasado 10 de enero, se ha denunciado otro caso de brutalidad policial.

En esta ocasión los hechos tuvieron lugar el pasado 24 de enero en Huntington Park, al sureste del condado de Los Angeles, en California. Anthony Lowe, un hombre negro de 36 años, murió por disparos de la policía que acudieron a una llamada de emergencia.

La familia del fallecido exige a la Policía que haga públicas las imágenes que grabaron las cámaras de los agentes implicados, al considerar que se trató de un homicidio puesto que Lowe se movía en silla de ruedas al tener sus dos piernas amputadas.

La policía afirma que Lowe se resistió a ser detenido, y que blandía un cuchillo de grandes dimensiones que amenazó con lanzar a los agentes. Según el departamento de policía de Huntington Park, cuando el fallecido intentó cumplir su promesa los agentes dispararon. Antes ya habían utilizado en dos ocasiones sus pistolas laser.

Los familiares de Lowe denuncian que se trata de un nuevo episodio de violencia policial después de que se haya hecho pública la grabación realizada por una persona que se encontraba en el lugar de los hechos y que muestra como Lowe intenta huir de la policía, con lo que parece un cuchillo en la mano. Sin embrago, el vídeo se corta antes de que los agentes de policía abran fuego contra Lowe.

Indignación por la brutalidad policial

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ha asistido este miércoles al funeral de Tyre Nichols, el joven negro que falleció a causa de las heridas causadas por cinco policías tras una paliza en la ciudad de Memphis.

Su muerte ha provocado en los últimos días una nueva ola de protestas, contra la brutalidad policial en ciudades como Memphis, Nueva York o Washington, entre otras, lo que ha puesto nuevamente sobre la mesa el movimiento Black Lives Matter.