Ucrania acusó este martes a Rusia de llevar meses preparando el terreno para la destrucción de la presa de Kajovka, en el río Dniéper, y de buscar ahora "culpar a la víctima por sus propios crímenes".

"Este es un acto terrorista contra una infraestructura crítica ucraniana que busca causar el mayor número de bajas civiles y la mayor destrucción posible", subrayó el embajador ucraniano ante la ONU, Sergiy Kyslytsya, durante una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad.

Kyslytsya recordó que tropas rusas llevan más de un año controlando la instalación y subrayó que es "físicamente imposible" volar la presa desde el exterior.

"Fue minada por los ocupantes rusos y la hicieron estallar", insistió el diplomático, que consideró que Rusia ha optado por una táctica de "tierra quemada" al "ser consciente de que el territorio capturado no les pertenece y de que no van a ser capaces de mantenerlo".

El embajador ucraniano apuntó que la posible destrucción de la presa lleva tiempo siendo discutida por diplomáticos y medios rusos, "lo que indica que estaba planeada de antemano" y que Rusia, según dijo, quería culpar de ella a Ucrania.

Kyslytsya consideró como parte de ese esfuerzo una carta remitida el pasado octubre por Moscú a la ONU en la que se advertía sobre supuestos planes ucranianos para atacar la central hidroeléctrica de Kajovka.

Rusia acusa a Kiev

Por su parte, Rusia insistió este martes ante el Consejo de Seguridad de la ONU en que Ucrania es responsable de la destrucción de la presa de Kajovka, en el sur del país, y dijo que quiere que Naciones Unidas investigue lo ocurrido.

"En la noche del 6 de junio, el régimen de Kiev cometió un impensable crimen al hacer explotar la presa de la planta hidroeléctrica de Kajovka, resultando en un descarga incontrolada de agua en el río Dniéper", denunció el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia.

El diplomático acusó a las autoridades ucranianas de haber considerado ya el año pasado un ataque contra esta infraestructura, situada en un área bajo control de tropas rusas, y lamentó que el Consejo de Seguridad no hiciese nada ante las advertencias de su país al respecto.

Efectivamente, Moscú trasladó una carta en octubre del año pasado a la ONU en la que denunciaba "planes del régimen de Kiev para destruir la presa" y, en particular, la posibilidad de "lanzar minas marinas aguas abajo por el río Dniéper o un ataque masivo con misiles".

Nebenzia defendió la tesis de que Ucrania optó finalmente por destruir la instalación por el incondicional apoyo de Occidente y su sensación de "impunidad" y consideró que la acción puede suponer un "crimen de guerra".

Consecuencia de la guerra

Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, las tres potencias occidentales del Consejo de Seguridad de la ONU, evitaron este martes atribuir a Ucrania o Rusia la responsabilidad de la voladura de la presa de Kajovka, aunque insistieron en que sin la invasión lanzada por Moscú este desastre nunca se habría producido.

En sus discursos, los representantes de Washington, Londres y París subrayaron la gravedad de la situación e insistieron en la idea de que todo ello, incluido el desastre de la presa, deriva de la guerra lanzada por Moscú hace más de un año.

"La destrucción de la presa es otra víctima de la brutal invasión rusa de Ucrania. Quiero dejar totalmente claro que fue Rusia quien inició esta guerra, fue Rusia quien ocupó esta zona de Ucrania y fueron fuerzas rusas las que tomaron ilegalmente la presa del año pasado y han estado ocupándola desde entonces", dijo el enviado estadounidense Robert Wood.

En una línea similar se pronunciaron los embajadores del Reino Unido y Francia, que consideraron la ruptura de la presa como otra consecuencia de la invasión rusa y pidieron una vez más a Moscú la retirada inmediata y sin condiciones de sus fuerzas.