Las autoridades de Irán han rebajado este jueves a 84 el número de muertos a causa del doble atentado perpetrado el miércoles cerca de la tumba de Qasem Soleimani, un general iraní que encabezaba la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria hasta su muerte en 2020 en un bombardeo de Estados Unidos en Irak.

El ministro del Interior iraní, Ahmad Vahidi, ha recalcado que "según las últimas estadísticas de medicina forense, el número de mártires es 84", extremo confirmado por fuentes del Ministerio de Sanidad de Irán citadas por la agencia iraní de noticias IRNA.

Las autoridades iraníes indicaron durante la jornada del miércoles que el balance de muertos había ascendido a 103, si bien rebajaron la cifra a 95 a última hora del día, un balance que ha sido revisado a la baja nuevamente durante la jornada de este jueves.

Vahidi ha alertado de que varios de los heridos se encuentran en estado grave, por lo que la cifra de fallecidos "podría cambiar", al tiempo que ha aplaudido la labor de los servicios sanitarios y ha resaltado que "han realizado 111 cirugías a los heridos".

Así, ha indicado que la cifra de heridos asciende a 282, de los cuales 220 continúan ingresados. "Muchos de los heridos están bien o necesitan cirugías menores", ha detallado, antes de incidir en que "todo el personal médico ha sido movilizado para solucionar rápido el problema de los heridos".

El ministro del Interior ha destacado además que "las agencias de seguridad e Inteligencia tienen autoridad sobre el asunto y controlan la situación" y ha insistido en que "todo es normal y está en calma en Kermán". "El incidente de ayer está siendo analizado e investigado", ha dicho.

En este sentido, ha denunciado que el "incidente terrorista" fue "un acto amargo y cobarde", antes de abundar en que "demuestra la profundidad de la maldad de los enemigos", antes de recordar que el ataque fue ejecutado contra una procesión en recuerdo de Soleimani en el cuarto aniversario de su muerte.

"Los terroristas que tenían miedo del mártir Soleimani han demostrado que también tienen miedo de sus seguidores", ha sostenido Vahidi, quien ha asegurado que los responsables "serán capturado" y "recibirán una firme bofetada".

El vicepresidente primero de Irán, Mohamad Mojbar, se ha desplazado también a Kermán para analizar la situación y realizar una visita a los heridos. Tras su llegada al lugar, ha trasladado sus condolencias a los familiares de las víctimas y ha apuntado a Israel como responsable del ataque.

"El régimen sionista no es capaz de un enfrentamiento directo y este incidente es una continuación de la desesperación y el fracaso del falso régimen sionista tras la operación 'Inundación de Al Aqsa'", ha dicho, en referencia a los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) contra territorio israelí.

"El llevar a cabo un acto terrorista ciego y sin sentido para matar a personas demuestra que este régimen está cerca de su fin", ha argumentado Mojbar, quien se convierte en el primer alto cargo iraní en responsabilizar a Israel del atentado, después de que Teherán acusara a "enemigos" sin especificar.

En este sentido, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, denunció el miércoles la "catástrofe" provocada por "los malvados y criminales enemigos de la nación iraní", mientras que el presidente iraní, Ebrahim Raisi, prometió que las autoridades identificarán a los responsables de este "acto atroz" para castigarlos. 

Atentado

La primera de las explosiones ha tenido lugar a unos 700 metros de la tumba de Soleimani, situada en el Jardín de los Mártires de Kermán, mientras que la segunda bomba estalló minutos después en una zona cercana durante un acto por el cuarto aniversario de la muerte de Soleimani.

Los explosivos, colocados en bolsas, fueron activados por control remoto, según fuentes de seguridad, sin que ningún grupo se haya atribuido hasta ahora la autoría del doble atentado, que ha llevado al Gobierno a declarar este jueves, 4 de enero, como día de luto nacional.

Miles de personas se habían concentrado en la ciudad para rendir homenaje a Soleimani, una de las víctimas de un ataque con drones perpetrado por Estados Unidos. Entre los muertos estuvo también Abú Mahdi al Muhandis, entonces 'número dos' de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) --una coalición de milicias progubernamentales iraquíes apoyadas por Irán--.

Un tribunal iraní condenó el 6 de diciembre al Gobierno de Estados Unidos y a otras instituciones e individuos del país norteamericano a pagar unos 50.000 millones de dólares (más de 46.000 millones de euros) por la muerte de Soleimani, tras emitir decenas de órdenes de arresto contra altos cargos estadounidenses, incluido el expresidente Donald Trump.

El suceso en Kermán tiene lugar además tras la muerte el 25 de diciembre de Razi Musavi, un alto cargo de la Guardia Revolucionaria de Irán, en un bombardeo llevado a cabo por Israel contra la capital de Siria, Damasco, en pleno repunte de las tensiones en la región por el conflicto desatado tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).

Musavi era una figura clave en la coordinación militar entre Irán y Siria y, según Teherán, cumplía labores de asesoría en esta materia en Damasco. La misión fue lanzada en 2014 y estuvo encabezada en su momento por Soleimani, en lo que las autoridades iraníes describieron como una operación para hacer frente al grupo yihadista Estado Islámico en Irak y Siria.