Las autoridades de Islandia han advertido de que la isla podría volver a ser escenario de una nueva erupción volcánica en un plazo que puede ir desde unos pocos días a dos semanas, después de la violenta erupción registrada a mediados de enero en la península de Reykjanes, en el extremo suroriental del país.

Las autoridades meteorológicas de Islandia (Verdustofa), han destacado que, según sus modelos de cálculo basados en datos de GPS, se ha acumulado una cantidad estimada de 6,5 millones de metros cúbicos de magma bajo la zona de Svartsengi, cercana a Grindavik, escenario de la última erupción.

Ahora, Verdustofa ha reconocido que "no hay certeza absoluta" de la antelación con la que las autoridades podrán notificar la erupción, en caso de que se produzca. En este punto, ha destacado que la erupción de enero fue anunciada con cinco horas de antelación, pero la ocurrida en diciembre se notificó apenas 90 minutos antes.

"En los últimos días se han medido casi 200 terremotos en la zona entre Stora-Skogfell y el sur de Hagafell. La mayoría de estos terremotos fueron menores, de magnitud inferior a 1,0 (en la escala de Richter), a una profundidad de dos a cinco kilómetros", han apuntado las autoridades.

La península de Reykjanes fue escenario de una erupción volcánica el pasado mes de diciembre, y más tarde, a mediados de enero, se volvió a registrar una fisura desde la que comenzó a emanar lava cerca de la mencionada localidad de Grindavik, cuya población tuvo que ser evacuada