Joe Biden ha sucumbido a la presión y ha tirado la toalla. El presidente de Estados Unidos y hasta ayer candidato por el Partido Demócrata a las elecciones presidenciales de noviembre anunció que se retira de la carrera a las elecciones y dio su apoyo a la vicepresidenta Kamala Harris como próxima candidata demócrata, algo que ella aceptó horas después. “Me siento honrado de contar con el respaldo del Presidente y mi intención es ganar esta nominación”, afirmó en una carta 

En su retirada, Biden señaló a su número dos, la vicepresidenta Kamala Harris, para que ocupe su plaza. La vicepresidenta añadió que “durante el último año he viajado por todo el país hablando con los estadounidenses sobre la clara elección que tendrán que hacer en estas trascendentales elecciones y es lo que voy a seguir haciendo en los próximos días y semanas”, adelantó.

Harris prometió que hará “todo lo que esté en mi poder” para “unir al Partido Demócrata y unir a nuestra nación para derrotar a Donald Trump y su extremista Proyecto 2025”. “Tenemos 107 días hasta las elecciones. Juntos vamos a luchar. Y juntos vamos a vencer”, añadió.

Y es que se abre ahora un proceso en el que ella tiene muchas opciones al tener apoyos significativos como, además de Biden, el de los Clinton, pero en cualquier caso se abren las quinielas a otras personas que tratarán de arrebatarle esa posición.

Sin tiempo para abrir un nuevo proceso de primarias, el nuevo candidato a la Casa Blanca debería ser elegido durante la Convención Nacional Demócrata que tendrá lugar en Chicago del 19 al 22 de agosto por los cerca de 3.800 delegados que quedarían libres tras la retirada de Biden.

A estas alturas del partido, sin embargo, pocos se plantean un nombre distinto al de la vicepresidenta, Kamala Harris, para intentar ganar las elecciones de noviembre a Donald Trump.

La exsenadora y exfiscal general de California es posiblemente la persona más preparada para tomar sobre la campana las riendas de una campaña que ahora mismo descarrila.

Harris es conocida, los sondeos le son más favorables que a Biden, aunque también por detrás de Trump, y es la única que puede usar los 91 millones (a fecha 31 de mayo) que la campaña del ahora presidente tiene en el banco. Además, al ser la actual vicepresidenta, también es la única que puede aglutinar rápidamente un amplio apoyo dentro del partido para evitar una imagen de desunión en la convención de Chicago en agosto.

El Partido Demócrata tiene ahora mismo una camada de gobernadores que vislumbraba las elecciones a la Casa Blanca de 2028 para tratar de dar el salto, pero que pueden ver como su momento se adelanta por la eventual retirada de Biden. Se trata por ejemplo de la gobernadora de Míchigan, Gretchen Whitmer, o del gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro. Ambos tienen elevados índices de popularidad y además pertenecen a estados clave del muro azul, indispensables para los demócratas para ganar la Casa Blanca. El gobernador de California, Gavin Newsom, también ha sonado como presidenciable para un futuro. Dentro del Gabinete de Biden, su secretario de Transporte, Pete Buttigieg, ya lo intentó en las primarias de 2020 y sigue con aspiraciones presidenciales.

Vicepresidente 

Si Harris llega a ser elegida candidata a la Casa Blanca, también se abriría el proceso para escoger a su compañero de fórmula, que posiblemente sería un hombre blanco como balance de una candidata mujer y afroamericana.

El propio Shapiro, con el que Harris coincidió este fin de semana, sería una buena opción por su popularidad y su origen, ya que es el gobernador del estado clave de Pensilvania. Para más opciones, el Partido Demócrata tendría que buscar de nuevo en su caladero de gobernadores para encontrar al compañero de fórmula de Harris, con dos especialmente bien situados.

Se trata de los gobernadores demócratas de Carolina del Norte, Roy Cooper, y Kentucky, Andy Beshear, dos estados que votan republicano en las elecciones presidenciales por lo que su perfil podría atraer a votantes moderados.

Shapiro, Cooper o Beshear también aportarían al tiket demócrata un balance territorial con la candidata, Harris, perteneciendo a California, un estado visto por parte del país como de élites progresistas costeras.

Un mes para nombrar al nuevo candidato demócrata

Con la confirmación de que Joe Biden, presidente de Estados Unidos, no continuará con su carrera a la reelección, el Partido Demócrata deberá empezar su proceso para sustituir al mandatario.

 En el pasado, dos presidentes estadounidenses (Harry Truman en 1952 y Lyndon B. Johnson en 1968, ambos demócratas) decidieron no presentarse a la reelección en marzo del año en que se celebraba la votación, pero esta es la primera vez que un mandatario se retira tan tarde en el proceso electoral.

También es la primera vez que un candidato se retira tras alcanzar la mayoría de los delegados en el proceso de primarias y a menos de un mes de que se celebre la Convención Demócrata, que se celebrará en Chicago entre el 19 y 22 de agosto