La economista Bárbara Ward dijo en una ocasión una frase que parece definir perfectamente la situación actual: “Vivimos en una época en la que el sólido suelo de nuestras ideas preconcebidas se estremece a diario bajo nuestros pies”.

No quiero incidir en lo que todas y todos sabemos: todavía sufrimos lo que esperamos que sean los últimos coletazos de una pandemia, Europa redescubre el horror y la crueldad de la guerra, la inflación se ha convertido en el invitado que se come una buena parte de nuestros ingresos, vivimos una crisis climática que pone en cuestión el modelo energético…

Precisamente y, de forma muy dolorosa, hemos vivido hace menos de una semana un episodio de temperaturas extremas, con unos devastadores incendios que han afectado a toda Navarra. En nombre de las cooperativas y sociedades laborales quiero expresar toda nuestra solidaridad con las personas afectadas y nuestro enorme agradecimiento a quienes se han enfrentado al fuego en una situación tan dramática.

Frente a tantas preocupaciones, todavía agradecemos más que estéis hoy aquí participando de una celebración que quiere ser un canto a lo mejor del ser humano. Sabiendo que ibais a ser tantas y tantos representantes de las empresas de Economía Social y del cooperativismo, de las instituciones, del mundo empresarial y social en querer acompañarnos en nuestro aniversario hemos querido celebrarlo en esta hermosa sala de Baluarte. Un espacio que queremos que sea un oasis de reencuentro, cooperación y concordia.

Porque a pesar de las terribles noticias con las que nos despertamos cada día, el mundo está lleno de gente que se esfuerza, que busca el bien común y que se une para encontrar soluciones.

Por eso en ANEL no perdemos la ilusión y la esperanza, desde la reflexiva madurez que nos da el haber cumplido cuarenta años.

ANEL inició su andadura allá por 1982. Una década, los 80, que ahora se recupera en películas y series, en el revival de una música que la nostalgia idealiza. Fueron tiempos de desindustralización y de grandes incertidumbres. A través de su reconversión o transformación en cooperativas o sociedades laborales han llegado a nuestros días empresas que son fundamentales para Navarra. Quienes dieron el paso de apostar con fuerza por la Economía Social mostraron no sólo valor, sino también una gran visión de futuro.

Desde esos duros comienzos el avance ha sido enorme. Hoy Navarra es la comunidad que más cooperativas crea y que más empleos genera por cada 100.000 habitantes. Se ha convertido en un auténtico referente.

Como asociación nos hemos esforzado por crear una buena base para construir un proyecto sólido, estable, con buenos cimientos. De ahí el lema de nuestro cuarenta aniversario: ANEL, fortaleciendo a Navarra con Economía Social.

Pero ¿qué significa ser fuerte en los tiempos que corren? No se trata de hacernos los duros, apretar los dientes y fingir que nada nos afecta. Al contrario, ser fuerte es compartir lo que nos preocupa. No avergonzarnos de llorar y reír. Admitir tanto los errores como celebrar los pequeños y grandes triunfos. Ser fuerte es tener empatía. Y esa es la esencia de la cooperación.

Ser fuertes es ser un verdadero equipo. Si hoy leemos cuál es la definición de equipo en cualquier manual empresarial, ésta ya no es la suma de quienes trabajan en un mismo proyecto, ni siquiera quienes lo hacen con un mismo objetivo. Un equipo lo forman quienes se esfuerzan juntas y juntos día a día por entenderse y avanzar. Supone que las personas puedan decidir y asuman sus responsabilidades. Supone un liderazgo y una gestión participativa. Es fundamentalmente compromiso.

Una de las paradojas de nuestro tiempo es que el individualismo está trayendo una mayor despersonalización que debilita nuestra esencia. Frente a esto es un claro signo de fortaleza la capacidad de ser más humanas y humanos desde lo colectivo. Nos hace mucho más fuertes saber que formamos parte de algo más grande que nosotras y nosotros mismos. Eso es el sentido de pertenencia.

El sentir el suelo bajo los pies, aunque este parezca moverse, también nos aporta fortaleza. Significa echar raíces allí donde se trabaja y vive, contribuir al entorno social, al medio ambiente, al pueblo, al barrio, a la ciudad... Es arraigo al territorio.

Cuando pensamos en las diferentes comarcas que componen nuestra comunidad, estas ya no se definen por una única actividad. Se trata de romper la dicotomía entre industria y servicios, entre campo y ciudad, entre enclave pequeño y capital. De luchar contra la despoblación y el envejecimiento de los pueblos. Porque es necesario que haya emprendimiento, empresas e innovación social en todos los territorios para lograr una comunidad sólida. Sin cohesión territorial no se puede ser fuerte.

Un arraigo que solo es posible con empleo no solo de calidad, sino estable y digno. Un empleo que empodere a las personas, que les permita desarrollarse en la empresa y conciliar la vida laboral y personal.

Preocuparse, sacrificarse, tener cultura del esfuerzo. No se me ocurre mayor signo de fortaleza que quedarse cuando las cosas se tuercen y esforzarse por mejorarlas. Pasar noches en vela para poder decir: no deslocalizamos.

Empleo digno, en un entorno de cooperación con un liderazgo y una gestión participativa centrada en las personas, que genera sentido de pertenencia y arraigo y que produce cohesión territorial. Cuesta decirlo de un tirón, pero… ¿Quién puede oponerse a esta frase? ¿A qué empresa no le gustaría que la definiesen así? Me permitiréis la broma, pero parece una fórmula magistral, digna de recibir el Nobel de Economía.

Sin embargo, estos conceptos que ahora suenan tan bien en cualquier informe o campaña de marketing, antes generaban poco más que un encogimiento de hombros o una sonrisa desconfiada. Ha costado que calen en el entorno económico. Me atrevería a decir que casi cuarenta años.

Porque estas palabras, arraigo en el territorio, cooperación, compromiso, pertenencia, empleo digno y estable, organizaciones cuyo centro son las personas, cohesión territorial… No han salido de la nada.

Son el lenguaje de la Economía Social y del cooperativismo. Somos nosotras y nosotros, somos ANEL y cada una de las personas que formamos parte de las cooperativas y sociedades laborales. Por eso hemos insistido tanto, para hacerlas de todas y todos. Creemos que en ellas está la esencia de nuestra historia, de estos cuarenta años, y de nuestra visión de futuro.

Una visión que paso a paso ha logrado el consenso y que también es fruto de la cooperación. Esto se ha hecho palpable en el reconocimiento a las más de cincuenta entidades que colaboran con ANEL en su día a día. Muchísimas gracias por vuestro acompañamiento, el trabajar con vosotras y vosotros nos hace llegar mucho más lejos.

Una visión que, una vez más, apoyan los datos. Me remitiré a otra época de incertidumbre, el año 2007 cuando se estaba iniciando una tremenda crisis. En estos complejos 15 últimos años la única “persona jurídica” que ha crecido han sido las cooperativas, con un 50 % de incremento. Pero no tenemos que pensar en la Economía Social empresarial como en hija de la necesidad y los malos tiempos, ya que este impulso se mantiene todavía con mayor fuerza en las etapas de bonanza.

En estos 15 años, además, se han creado más de más de 1.100 empresas de Economía Social, que dieron origen a más de 3.700 empleos directos iniciales, con un efecto multiplicador a lo largo del tiempo todavía mayor.

Navarra ha llegado a ser la segunda comunidad con más cooperativas y mayor número de empleo cooperativo por cada 100.000 habitantes. Las cooperativas están presentes en el 90% del territorio.

Más allá del impulso a la creación, que ya hemos mencionado, este número de empresas de Economía Social se debe a que también somos el modelo empresarial que tiene una mayor tasa de supervivencia. Por decirlo con palabras claras, somos más longevas y “duramos” más que otro tipo de sociedades.

¿Cuál es el secreto de esta buena salud? Claramente nuestros valores basados en el compromiso y el esfuerzo, pero también nuestra capacidad de cooperación. Algunos de los presentes habéis recibido hoy una brújula que os distingue como auténticos guías.

Personas generosas que compartís vuestro conocimiento y experiencias con quienes dan sus primeros pasos con una cooperativa o sociedad laboral o que buscan consolidar sus proyectos. Formáis parte del programa de mentoring de ANEL un ejemplo de que buscar soluciones juntas y juntos nos hace madurar a la vez que mantenernos jóvenes.

Esto ha sido solo una muestra de la fundamental contribución de la Economía Social al fortalecimiento del tejido empresarial navarro y del conjunto de nuestra comunidad.

Pero, qué pasos podríamos dar, entre todas y todos, para llevar a Navarra todavía más arriba, hasta la primera posición. Para consolidar todavía más que nuestra comunidad sea el gran referente a nivel nacional y europeo sobre Economía Social.

Podemos repasar algunos hitos que nos han llevado hasta donde estamos ahora. Entre ellos la fundamental Ley de Microcooperativas, que se ha convertido en un ejemplo para otras comunidades. También el pionero primer Plan Integral de Economía Social de Navarra, que, tras su éxito, ha dado paso a un segundo Plan con el que construir un futuro dinámico y sostenible y que está sirviendo de modelo incluso a nivel europeo.

También la necesaria incorporación de la Economía Social a instituciones como el Servicio Navarro de Empleo, el Consejo Económico y Social, el comité de dirección de la S4, el Consejo Navarro de Salud Laboral, la Red Navarra de Apoyo al Emprendimiento, el Consejo Navarro de Formación Profesional o el Comité de la Unidad de Innovación Social, solo por citar algunas.

Desde ANEL hemos participado en todas estas iniciativas para llevar la voz y las necesidades de las empresas de Economía Social, cooperativas y sociedades laborales, como las que hoy, estáis, estamos, aquí.

Porque no lo olvidemos, es vuestro impulso el que nos mueve. Es vuestro compromiso, día a día, el motor sostenible de la Economía Social. Por eso hoy quiero dedicar un especial reconocimiento a todas las personas que cada día lleváis adelante vuestras cooperativas y sociedades laborales. Vuestra contribución hace a Navarra más fuerte.

Un esfuerzo que precisamente ha sido puesto en valor por los máximos representantes de la Economía Social que nos han visitado y con los que hemos podido intercambiar experiencias. Personalidades a nivel europeo como Ulla Engelmann de la Comisión Europea que ahora tienen a la Economía Social de Navarra como un ejemplo a seguir. O Ariel Guarco, presidente de la Alianza Cooperativa Internacional, entidad que representa a más de mil millones de personas y que reconoció la enorme percepción que las cooperativas navarras tienen más allá de nuestras fronteras.

Entonces, ¿qué pasos se podrían realizar para seguir avanzando? A lo largo de estos años hemos podido comprobar el consenso que genera la Economía Social. Basta echar una ojeada a esta sala para constatarlo con representantes de tantas instituciones, del Gobierno de Navarra, de todo el arco parlamentario. Tengo que reiterar nuestro agradecimiento de que nos acompañéis en un día tan especial.

Pero es hora de avanzar. Es hora de que Navarra tome una decisión firme y valiente: la creación de una Consejería de Economía Social y Cooperativismo. Un paso imprescindible para seguir fortaleciendo este modelo económico y con él al tejido empresarial navarro. También para fomentar el emprendimiento y para buscar soluciones innovadoras desde lo colectivo.

Como hoy celebramos nuestro aniversario y cuarenta no se cumplen todos los años, queremos realizar dos solicitudes más. La primera: la constitución del Consejo Superior de Cooperativas de Navarra, como máximo órgano del cooperativismo. De esta forma nuestra comunidad contaría con el instrumento necesario para seguir siendo pionera en materia de cooperativas.

En segundo lugar, pero no menos importante. Presidenta de Navarra, representantes del gobierno, de todo el arco parlamentario y de las diferentes instituciones: solicito vuestro apoyo para este modelo empresarial. A pesar de que sea nuestro aniversario, no pedimos regalos, sino los instrumentos necesarios para seguir avanzando.

Hablo en nombre de las cooperativas y las sociedades laborales de Navarra. Somos economía real, pegada al territorio. Podéis contar con nosotras y nosotros para generar actividad y bienestar en todas las comarcas. Parafraseando a Lydia Maria Child, que luchó por una sociedad más abierta, más justa e inclusiva, “un esfuerzo hecho para la felicidad de los demás se eleva por encima de nosotros mismos”.

Nosotras y nosotros nos comprometemos con responsabilidad a seguir generando un positivo efecto en los territorios en los que vivimos y trabajamos. Nos comprometemos a buscar soluciones, a crear puentes, a generar diálogo. A crear empleo digno e inclusivo. A apostar por proyectos, los sostenibles, que se quedan, que no se rinden.

Pero tenemos que estar bien preparadas y preparados para lo que pueda venir. Hablo de cuestiones como la gestión energética, la lucha contra la despoblación, los nuevos servicios a las personas, una industria 4.0 más humana, por citar tan solo algunos ejemplos.

Por eso, tenemos que seguir avanzando en representación, en optimizar la legislación y en pensar nuevas formas de ofrecer soluciones a los grandes retos actuales.

Para que la Economía Social y el Cooperativismo sigan siendo siempre parte fundamental de la esencia de Navarra. Ahora y dentro de otros 40 años.

*Presidente de ANEL (Asociación Navarra de Empresas de Economía Social)