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Manterola 200 años de andadura con la vista en el futuro

Dos siglos de experiencia, aderezados de buen hacer familiar, conceden un renombre especial a la firma Manterola. Desde que en 1810 abriera las puertas el establecimiento de la calle Mayor, seis generaciones se han encargado de mantener el negocio en la cresta de la ola.

Manterola 200 años de andadura con la vista en el futuroFoto: mikel saiz

Corría el año 1810 cuando Cándido López, un cerero-confitero de Sangüesa, se acercó a la capital a probar suerte y montó un negocio en la calle Zapatería número 9 de Pamplona en el que se comenzó a tostar café, a elaborar piezas de confitería sin cámaras frigoríficas y también velas. Cándido López marca el inicio de la actividad de la casa Manterola al adquirir el local. Años más tarde, el 17 de agosto de 1856 , casó a su hija Tomasa con Gregorio Manterola, natural de Aoiz, y en la dote de la hija dejó claro que el negocio pasaría a ser del matrimonio. A partir de ese momento, el establecimiento adquiere el nombre que conocemos hoy en día (primero Manterola, después Viuda de G. Manterola) poco a poco se fue adaptando a los tiempos e incorporando nuevos productos. Del matrimonio nacieron varios hijos pero la heredera del negocio fue Carmen Manterola (la tía Carmen, como la conocen en la casa) quien en 1907 asumió la gerencia del negocio y fue quien instaló la fábrica de chocolates en la planta baja del local de la calle Zapatería. La mecanización del proceso contribuyó en gran parte a la expansión del negocio en esa época. Soltera y sin hijos, delegó el puesto en su sobrino Antonio Tomás Manterola (hijo de su hermano y abuelo de los actuales gerentes del negocio) que fue el responsable de la apertura de la nueva tienda en la calle Tudela (1945) y bajo su administración se generalizó la actividad al por mayor del negocio en la que se fabricaban más de 15.000 tabletas de turón al día. "Mi abuelo, Antonio Manterola, volvió de la Guerra Civil con ganas de trabajar y de olvidarse del conflicto, dijo que en esta casa ya no se hablaba de política y nos aconsejó: Vuestra política es vuestra familia y vuestro trabajo. Llegó con una energía terrible e impulso mucho el negocio. Impulsó la pastelería moderna con cámaras y abrió la tienda de la trasera de autobuses y se empezó a comercializar con productos porque no había supermercados. Se llevaban hojas de bacalao en salazón, café, velas, conservas, frutos secos, almendra, chocolate... a los pueblos más pequeños. Tanto cosas que producían como cosas que comercializaban", apuntó Mikel Manterola Aldaz, actual responsable del negocio.

Antonio pasó el testigo a su hijo José Antonio. Este heredó un comercio próspero con un renombre muy importante pero pronto llegaría la competencia de las empresas de chocolate suizo y la oferta hubo de diversificarse para seguir manteniendo la clientela. Comenzaron a hacerse entonces algunos pasteles fáciles de conservar y apostaron por la rama de la pastelería. "Hasta los 80 era un comercio de alimentación pero al llegar los grandes supermercados hubo que renovarse un poco", afirma Mikel Manterola. La madre de este, Rosa Aldaz, que se quedó viuda muy joven, sacó el negocio adelante y apostó por introducir la cafeterías al negocio. "Mi madre fue muy luchadora y es una pieza clave en la cadena. En 1998 recibió el premio Empresaria, lo que demuestra su iniciativa y su rendimiento", apuntó Mikel. En los años 90 se introdujo el catering al negocio, siguiendo la política de la empresa de adaptarse a los nuevos tiempos sin reparos. "Mantenemos el turrón de mazapán y el café que es la enseña de Manterola y también la venta de chocolate y la pastelería. Ahora es un comercio de delicatessen y pastelería y catering", apuntó el gerente. En 2005 abrieron un site web (www.casamanterola.es), diseñado como tres tiendas (productos de catering, cestas preparadas y hágase su propia cesta) en la que es sencillo acceder a los productos y hacer pedidos on line. "La iniciativa ha ido muy bien, mucha gente de España nos encarga el turrón y el mazapán. Hay pedidos de 20 barras de mazapán con mantequilla desde Córdoba, por ejemplo", cuenta Mikel. El empresario asegura que el secreto del éxito y la longevidad del negocio está en "trabajar mucho, estar todo el día pendiente y saberte adaptar a los tiempos y a las demandas de los clientes" y también apunta que "se mantiene el producto de siempre y si se hacen las cosas con cariño, el cliente lo reconoce. Ponemos interés en cada detalle".

Actualmente Manterola cuenta con una amplia variedad de productos de elaboración propia: 20 variedades de turrón de mazapán, guirlaches, turrón royo navarro, 12 referencias de pasteles y 7 de tartas en pastelería, pastas de té (mantequilla), de almendra y la bollería para las cafeterías como magdalenas y bizcochos. También el catering es de elaboración propia (aperitivos, comidas, celebraciones). 15 trabajadores participan en el negocio: 2 empleados en la tienda de González Tablas y otros 2 en la calle Zapatería. El resto (11) trabajan en la calle zapatería, 5 como pasteleros, 4 dependientas y 2 en administración y reparto de pedidos.