los 45 habitantes de Ayesa y vecinos de toda la Val de Aibar acudieron el domingo a la inauguración de la casa rural Fernandoegea, un establecimiento turístico de 17 plazas que abre sus puertas y se suma a la oferta de una comarca atractiva y tranquila, estratégicamente situada para este tipo de turismo, con una doble oferta: la de alojamiento y casa museo, todo integrado en un espacio de trescientos metros cuadrados. Su propietaria, Camino Landarech, ha convertido en apuesta de futuro una de las muchas ilusiones y proyectos de vida que tenía junto al que fuera su marido, Fernando Egea Beaumont, alcalde del Concejo de Ayesa fallecido el 27 de agosto del 2007, por lo que la inauguración se convirtió en su especial homenaje a la figura del compañero, el joven agricultor que también trabajó en muchos planes para su pueblo en las tres últimas legislaturas, por lo que era muy apreciado en Ayesa y sus alrededores. "Era su casa y nuestra ilusión. Ahora es la mía y la de mis hijos", expresó Camino Landarech, al mismo tiempo que agradecía la presencia de todos los familiares, amigos y asistentes, especialmente al amigo Fernando Lecumberri, por su apoyo desinteresado al proyecto.
casa museo Tras la bendición del párroco, Fermín Macías, comenzó la visita de la mano del arquitecto, José Miguel Hermoso de Mendoza, junto con Fernando Lecumberri, la propietaria y la consejera de Administración Local, Amelia Salanueva, que acudió a título personal. La casa se compone de cocina, sala y museo, que da paso a la biblioteca, especial y acogedor rincón diseñado por el propio Egea, y a las habitaciones, con baño incluido. En toda la vivienda se aprecia la mezcla de estilos: antiguo y moderno; de materiales: madera y piedra; y de colores, así como un importante trabajo de recuperación de mobiliario y de las piezas del museo.
Su doble condición de alojamiento y museo la ha hecho merecedora de subvenciones de los departamentos de Turismo y Desarrollo Rural. El pequeño centro de interpretación en el que se ha transformado aporta una muestra importante de antiguos oficios de Ayesa y la zona. En Fernadoegea se pueden apreciar el rincón de los cultivos de antaño, la vendimia y los olivos; herramientas del campo: las tijeras de podar, el trillo, las layas, canastos de mimbre para transportar las verduras de la huerta, así como cantidad de utensilios y recipientes del hogar: la pila para guardar el aceite, tinajas, cántaros, aguaderas, y trébedes (soportes de hierro para hacer la comida en el fuego).
El domingo los primeros que disfrutaron con el recuerdo y aportaron sus explicaciones de un tiempo y un trabajo ya desaparecidos fueron los mayores. A la unida familia de Ayesa, que no llega a cincuenta habitantes, se sumaron amigos de Moriones, Sada, Eslava, Aibar, Sangüesa, Lumbier, y de otros muchos pueblos cercanos y atractivos para un tipo de turismo cuya demanda aumenta, y que formarán parte de la posible ruta de los que se acerquen a disfrutar de Fernandoegea.