falces. Decenas de vecinos de Falces se vistieron ayer de fiesta para celebrar el centenario de la residencia de ancianos San Francisco Javier. El acto contó con una nutrida representación política, religiosa y social, y se reconoció la larga labor que las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl desempeñan en la localidad. Aunque los trabajadores del centro son laicos, cuatro religiosas continúan en el centro ofreciendo labores de apoyo a sus 44 residentes.

Entre los asistentes al acto se encontraban Miguel Sanz, presidente del Gobierno de Navarra; la parlamentaria María José Vidorreta; Juan Antonio Aznárez, vicario general de la Diócesis de Navarra; descendientes de la fundadora de la residencia, Fausta Elorz; la visitadora de las Hijas de la Caridad; José Antonio Gayarre, presidente de la Junta Bardenas Reales, y representantes municipales. Pilar Pascual, misionera falcesina en Haití recién llegada a la localidad, añadió un significado especial a la celebración.

Tras una eucaristía en el patio de la residencia, José Carlos García, alcalde de Falces, tuvo palabras de agradecimiento para todos los que han colaborado en el proyecto de la residencia a lo largo de sus cien años, convertido "en un hotel de lujo para sus usuarios". "Quiero destacar especialmente la labor de las Hijas de la Caridad, que sin esperar nada a cambio, dan cariño y mantienen con mimo las instalaciones". García no quiso dejar pasar la oportunidad de solicitar a Miguel Sanz ayudas económicas para seguir mejorando la residencia, concretamente su patio. Sanz recogió la petición y se comprometió a estudiarla. Asimismo, añadió que el objetivo prioritario de la Administración es "que la gente en edad de trabajar, trabaje, para poder mantener las políticas sociales".

Herencia de fausta elorz Eduardo Elorz, vicepresidente del patronato de la residencia de Falces y descendiente de Fausta Elorz y Olías, repasó ayer el origen y la historia del centro. La Fundación de Doña Fausta Elorz es una entidad asistencial de carácter privado y sin ánimo de lucro, que procura a las personas sin recursos o sin familia una vida digna. La institución tiene su origen en las disposiciones testamentarias de Fausta Elorz. Ésta dispuso que la mayor parte de sus bienes se invirtieran en alguna obra benéfica y de caridad para los necesitados.

Los albaceas testamentarios nombrados a tal fin, al no encontrar las instrucciones concretas a las que se refería su testamento, acordaron crear una fundación benéfica consistente en un asilo para ancianas pobres en Madrid y otro más modesto para pobres de ambos sexos en la villa de Falces. Y es que Fausta Elorz, aunque natural y vecina de Madrid, desde su niñez residía largas temporadas en Falces, entre otras razones por sus entronques familiares.

Su familiar Jesús Elorz se encargó de gestionar los trámites entre el Ayuntamiento falcesino y la fundación, hecho que el Consistorio agradeció dando el nombre de Jesús Elorz a la antes calle Caballeros. Por su parte, la calle donde se ubica la residencia San Francisco Javier, lleva el nombre de Fausta Elorz.

El centro fue inaugurado en agosto de 1910, dando servicio a 17 ancianos. Desde entonces han pasado por allí 64 hermanas de la caridad. "En las décadas de los 80 y 90 se acometieron importantes reformas en el edificio y se convirtió en una moderna residencia", apuntaba Eduardo Elorz.