pamplona. El otoño dejará este año en Pamplona cerca de 300 toneladas de hojas en las calles y paseos de la ciudad, y el 60% caerá sólo durante este mes de noviembre. Estos datos, facilitados por el área de Conservación Urbana del Ayuntamiento de Pamplona, ponen de relevancia el ingente trabajo que los empleados municipales realizan cada temporada para retirarlas de las vías públicas, sobre todo de las aceras, y evitar los resbalones de los viandantes. La temporada de recogida de hoja es variable, pero normalmente se desarrolla entre el 15 de octubre y el 15 de diciembre.

En Pamplona se calcula que hay unos 144.000 árboles de 250 especies diferentes, lo que da a entender la envergadura de la actuación cada año. Además, la caída de la hoja, supeditada a su vez a la climatología, las heladas, y el tiempo marcan el calendario de las tareas de limpieza, por lo que cada año se actúa "casi a diario", con pocas previsiones. En los últimos, además, los responsables municipales vienen detectado que se está dando "un adelanto en la caída", tanto que incluso en agosto ya se encuentran hojas en el suelo, aunque con una baja incidencia, porque lo normal, según precisa el concejal de Conservación Urbana, Ignacio Polo, es que "se comience a recoger hacia la mitad del mes de octubre: "Entonces la incidencia es del 10%, y pasa al 60% en el mes en que nos encontramos ahora, noviembre. En diciembre, aún queda por recoger el otro 30% restante".

El edil de Conservación Urbana señala además que en Pamplona se da la circunstancia de que se trata de "una de las ciudades con más densidad de arbolado", por lo que la retirada de las hojas supone para el área "un importante objetivo que nos obliga a poner en acción una gran parte de nuestros recursos tanto materiales como humanos".

85 OPERARIOS EN 3 TURNOS En general, y teniendo en cuenta que la caída es imprevisible, trabajan en las tareas de retirada de hojas 85 operarios entre los tres turnos. "Los inspectores municipales del servicio revisan diariamente las zonas de la ciudad más problemáticas, tales como Iturrama, Ermitagaña, el Ensanche o Labrit, para poder realizar una estimación del servicio para ese día y los siguientes", precisa Polo. Los operarios trabajan además con otra particularidad: "Se debe tener en consideración, según las zonas, el tipo de árbol, ya que, por ejemplo, los chopos, tilos y castaños pierden la hoja muy rápidamente", mientras que los plataneros, por ejemplo, los árboles de la plaza del Castillo, "están tirando hoja durante más tiempo y lo hacen a escalas".

Una situación excepcional con el arbolado de Pamplona se produjo, según recuerda el concejal Ignacio Polo, hace 3 años con las 120 moreras de la vaguada de San Juan: "De un día para otro apareció todo el paseo cubierto de hojas, por lo que se tuvo que trabajar con ayuda de una pala conectada a la máquina barredora, ya que ésta no podía absorber tanto volumen", precisó.

La prioridad en las tareas de retirada de las hojas se centra en las aceras y viales, por seguridad tanto en el tránsito de personas como de vehículos, mientras que la que cae en "zona verde y jardines" la retirada no se realiza con tanta celeridad. "No hay mayor riesgo para las personas y es una imagen bucólica del otoño", apostilla Polo.

EL SERVICIO DE NOCHE, PRIMORDIAL ¿Cómo se trabaja? Los barrenderos van recogiendo la hoja que se acumula en los bordillos, mientras que "los servicios de barrido motorizado, tanto baúles como Porter, se incorporan con potentes sopladores para ayudar en el recorrido de las máquinas barredoras". El concejal Polo apunta que en esta tarea el servicio de noche es fundamental. Entonces, "los camiones cisterna realizan baldeos para arrastrar la hoja acumulada en la calzada hacia los bordillos" y las barredoras de calzada apuran su tarea en las grandes avenidas que durante la mañana no se pueden atender por el tráfico". Junto a ellos, los camiones multivoll "transportan al vertedero los contenedores de 8 m3 y 3 m3 generados en los servicios de mañana y tarde, colocados en sitios estratégicos de la ciudad, de tal manera que las máquinas no pierden tiempo en desplazamientos para descargar".

Finalmente, las hojas recogidas tienen como destino la realización de compost. Un importante volumen de hojas recogidas se traslada a la planta de tratamiento de Arazuri, y allí después de triturados y mezclados con lodos durante meses por la Mancomunidad, se transforman en compost comercial, destinado a la venta como abono. El 90% de éste se vende a granel para empresas.