Aparecen en el monasterio de Fitero los restos de una mujer del siglo XV fallecida durante el parto
el hallazgo se descubrió en la excavación previa a restaurar el ala norte del claustroEn el esqueleto se ve una extremidad del pequeño saliendo del cuerpo de la madre, algo "extraordinariamente inusual"
fitero. El Gobierno de Navarra, a través de un comunicado, hizo ayer público el descubrimiento calificándolo de "singular" no sólo por el hallazgo en sí, sino por el lugar donde se ha descubierto.
Con motivo de las excavaciones arqueológicas previas a la restauración de la crujía norte del claustro del monasterio de Fitero, los técnicos se encontraban trabajando en esta zona cuando descubrieron "un caso singular de inhumación, una madre fallecida durante el parto". La inhumación se ha podido datar durante la excavación debido al hallazgo, junto al esqueleto, de una moneda que portaba la madre y que corresponde al reinado de los reyes navarros Catalina y Juan de Albret, es decir, en el tránsito entre los siglos XV y XVI.
Desde el departamento de Cultura señalaron ayer que "pese a que son numerosas las referencias históricas y etnográficas de este tipo de problemas de obstetricia, su constatación arqueológica resulta extraordinariamente inusual". De hecho, raramente queda constancia inequívoca de la relación entre el parto y la defunción de la madre.
más estudios El caso de la inhumación de Fitero no ofrece dudas a los expertos al hallarse el feto alojado en posición transversal, "lo que hacía inviable el parto, y, al mismo tiempo, mostrar una extremidad saliendo por la sínfisis púbica", demostrando que estaba dando a luz. El descubrimiento se encuentra en fase de estudio, lo que permitirá conocer las circunstancias de la defunción (la edad de la madre, problemas ginecológicos y qué tipo de maniobras de extracción se practicaron).
Todo parece indicar que el lugar donde se han encontrado estos restos acogió los enterramientos de gentes de ambos sexos y de diversas edades, por lo que las inhumaciones, según Príncipe de Viana, corresponden a la población laica de los primeros pobladores de Fitero, colonos y arrendatarios vinculados al monasterio, que vivían en lo que los documentos históricos denominan El Cortijo, ubicado en las proximidades del cenobio. Iniciado en el siglo XII, el Monasterio de Fitero contó con algo extraordinario, la creación de un núcleo urbano creado a su abrigo.