Los gigantes de Tudela celebran su 25º aniversario
La comparsa de pamplona al completo desfiló junto a la de la capital ribera por las calles del casco viejo
AL ritmo de los gaiteros comenzaron ayer el desfile las comparsas de gigantes de Tudela y Pamplona para celebrar el 25 aniversario de las figuras de la capital ribera. Así, Catalina de Foix, Juan de Labrit, Sancho el Fuerte y doña Sancha recorrieron las calles del Casco Viejo acompañados de los ocho gigantes de Pamplona, seis kilikis, cinco cabezudos y seis zaldikos.
Las figuras comenzaron a desfilar hacia las 18.30 horas con salida en la calle Herrerías ante la mirada de cientos de tudelanos que no quisieron perderse este cumpleaños. Niños, padres, abuelos, carritos de bebés, decenas de cámaras de fotos para inmortalizar este momento. No faltaba nadie ni nada. Y es que rara vez la Comparsa de Gigantes de Pamplona sale de su ciudad, por eso, Javier Castellano, responsable de la de Tudela, se mostró muy ilusionado y contento por haber podido celebrar este evento con ellos. Castellano confesó que en ningún momento dudó de que las figuras pamplonesas pudieran asistir al acto y dijo que "es un honor tenerlas aquí". Por su parte, el encargado de la comparsa de la capital foral, Jesús Mari Ganuza, confesó que para él es un acto "muy especial" ya que fue una de las personas que creó las figuras de Tudela. En muy pocas ocasiones los gigantes de Pamplona se lucen en otras ciudades (salieron para la Expo de Sevilla o el centenario de los de Estella, por ejemplo) por eso, Ganuza temió al principio que el Ayuntamiento pamplonés no se lo permitiese, sobre todo, por la labor que conlleva de transporte, montaje, etc. Pero gracias a este viaje, estas figuras, acompañadas de los kilikis, zaldikos y cabezudos, mostraron a la población tudelana sus trajes de gala, recién salidos de la tintorería.
sustos y risas Antes del desfile, la gente pudo observar cómo las 36 personas de la comparsa de pamplona descargaron y montaron todas las figuras en la calle Herrerías. Los niños fueron los más curiosos y se acercaron para tocarlas, ver qué había debajo de cada una y sorprendidos señalaron partes de la cara como las verrugas de un kiliki o el movimiento de los ojos de otro.
Hacia las 18.00 horas llegaron los cuatro gigantes de Tudela con los gaiteros para recibir a los de Pamplona y entonces comenzó el desfile. Llantos, gritos, sonrisas, sustos... Se produjeron todo tipo de emociones entre los más pequeños. Y los culpables fueron los zaldikos y kilikis que golpearon a los niños con sus vergas de espuma desde el comienzo. A pesar de que estos objetos no hacían daño, algunos ni siquiera querían acercarse para comprobarlo y huían de las figuras, algo que a veces no consiguieron porque los zaldikos los persiguieron hasta dentro de los bares. No les importaba la edad, cualquiera podía ser víctima de sus ataques que duraron hasta la plaza de los Fueros, tres horas más tarde de la salida desde la calle Herrerías. En la plaza, los 12 gigantes bailaron juntos ante cientos de tudelanos.