En Baztan, puede que por olvidar,suelen decir que "aquí, apenas pasó nada", pero pasó, vaya quesi pasó.

Aquel 18 de julio de 1936, entre las esquelas de la portada,venía la de Calvo Sotelo, al que habían asesinado cinco díasantes, y venían varias otras cosas que hoy diríamos "mosqueantes"como poco, hasta un chiste sobre si habría tiempo para tomarcafé, que hasta podrían ser las iniciales de ¡Camaradas, arribaFalange Española! con las que se saludaban los fascistas, y yoqué sé, vaya usted a saber. Aquí, en Baztan, había más clericalismoque política, esa es la verdad, porque el gentío andaba a otrascosas, a sobrevivir sobre todo, que no era poco.

Pero la voz corrió enseguida, ¡la guerra, ha empezado la guerra!,gritaban los primeros conocedores de la rebelión (los capuchinosdel Colegio de Lekaroz, entre otros) dicen, que hasta se talaronárboles para cortar la carretera porque cualquier cosa, nadabuena, se temía. El 18 de julio en Baztan transcurrió bastantedesapercibido, aparte de los falangistas, que los había y biensituados algunos de ellos, en la Guardia Civil y en el mismoAyuntamiento, pero al día siguiente, domingo, y el lunes 20 yafue otra cosa, al llegar unos alzados desde Pamplona y empezara amenazar y a meterse con los vecinos.

El batzoki del Partido Nacionalista Vasco estaba por entoncesen la planta baja y la primera de Bergarenea, y allí colgabala ikurriña cuando la emprendieron con un vecino que conocíannacionalista vasco, y a punta de bayoneta le obligaron a quitarlay tirarla a la calle, donde la pisotearon y quemaron los falangistas.Aquel hombre era Mariano Izeta Elizalde, el patriarca del euskeraen Baztan, que él mismo me lo contó todavía con las lágrimasen los ojos que le quedaron de la rabia e impotencia del recuerdo.

Un centenar de baztandarras, concretamente 97 se cuentan, murieronen la contienda, en el frente, más los que fueron vilmente asesinados,dos al menos seguro, Francisco Mula Castro, jefe de Caminos enOronoz, fusilado bastante probablemente en el pinar de Lanz segúnha podido averiguar su hijo Ricardo, y Valeriano Ilzauspe, deBerroeta. Éste, denunciado (parece) que por Dios proveerá pordecir que "nunca enviaría a su hijo a esa carnicería" y por nacionalistavasco, fusilado en la Vuelta del Castillo en 1938.

Y la represión, simplemente por pensar o creer distinto, o porno creer, por tocar el txistu y el tamboril o por hablar en vascomismamente cuando era lo suyo, que no se sabía hablar en cristiano,en la lengua del imperior, lo que al alcalde de Almandoz le costóel cargo. Y ya después el mesianismo y todo lo demás, lo queya se sabe. Y lo que aún no se sabe.