miranda de arga. Los actos comenzaron a las diez de la mañana con una exhibición de siega a mano y de layadores en la era y prosiguieron con una demostración de trilla. Mientras observaban a los agricultores trabajar el campo, los asistentes dieron fe del esfuerzo que suponía desempeñar esta labor. Emilio Guembe, natural de Obanos, explicó que para layar media robada, el equivalente a 400 metros, "tardábamos un día entero y normalmente necesitábamos el trabajo coordinado de tres o seis personas colocadas en línea". El mirandés Jesús Muñoz, por su parte, que participó en la exhibición de siega a mano con hoz, indicó que para proteger las manos utilizaban "una zoqueta. Además, una vez acabábamos de segar, como la hoz tiene dientes y es muy peligroso dejar la herramienta al aire, la cubríamos con una soga enroscada".

Aunque los protagonistas de esta fiesta superaban con creces los 60 años, la alcaldesa de la localidad, la socialista María Teresa Iradiel, insistió en que cada año "se va incorporando más gente joven a desempeñar estas actividades". Asimismo, la primera edil calificó esta fiesta de "completa" y adelantó que en próximas ediciones su ilusión sería recuperar el tradicional encierre, que no encierro. "Hace 40 años, la suelta de reses bravas se hacía por la calle Pilares, y a esto se le conocía como encierre, pero este año no hemos podido recuperar esta tradición porque primero debemos adecuar el vallado. Si finalmente recuperamos el encierre, la gente de más edad, que vive en la parte alta del pueblo, disfrutará de las vacas sin moverse de casa, que es lo realmente importante. Pero hasta que esto llegue, la suelta de vacas se realizará por la calle Baja, El Portal y la avenida San Juan", comentó Iradiel.

muestra de oficios Por otro lado, cabe destacar que durante toda la mañana los visitantes se deleitaron acudiendo a varias exposiciones de maquinaria agrícola tanto a tamaño real como en miniatura. Pero el acto más multitudinario de la jornada fue, una vez más, la muestra de oficios antiguos, que protagonizaron, como en anteriores ediciones, varios esparteros, jaboneras, alpargateras, cañizeros, sogueros, tostoneros, adoberos, bolilleras, injertadores y heladeros, entre otros.

Así, las jaboneras, Ángeles y Mili, explicaron a los asistentes, por ejemplo, cómo elaborar jabón artesanalmente utilizando "cinco litros de aceite, cinco litros de agua, un kilogramo de sosa cáustica y medio kilo de resina. Se hierve todo durante una hora dándole vuelta con una pala de madera y se deja reposar 24 horas". Jesús Bueno también enseñó a los visitantes cómo injertar a un melocotonero una rama de albaricoque, primero cortando "en forma de cruz un trozo de la rama del melocotonero, durante el mes de agosto, y pegándole con cinta aislante una yema de albaricoque" y aconsejó, además, que el injerto se sitúe de cara al viento norte o cierzo. María Luisa y Blanca Elizalde e Ignacio Ollobarne, por su parte, enseñaron cómo elaborar ricos tostones de anís, para lo que hay que utilizar un utensilio, que en Miranda se conoce como "hierros", en el que hay que introducir una masa creada a partir de anís en grano, harina, agua y azúcar.