pamplona. Con el objetivo de "reivindicar de forma festiva aquello que nos identifica, los bailes, las costumbres, el idioma y que desde hace muchos años nos han estado negando", como explicó Mikel Lasarte, uno de los organizadores, la Euskal Jaia se celebró ayer en Pamplona con una gran participación de colectivos culturales. Por primera vez, y porque "merece tener un espacio propio", la fiesta se celebró fuera del programa de San Fermín txikito.
A las 10.30 horas y desde tres puntos diferentes -la peña del Muthiko Alaiak, la plaza de los Ajos, y Navarrería- partieron diferentes kalejiras formadas por los joaldunak, los gigantes de Azpilagaña, la Chantrea y Mendillorri, entre otros, dantzaris y multitud de personas que se fueron uniendo a la fiesta, algunas vestidas de baserritarra, como la organización animó en su día. También quisieron unirse a la fiesta varios aficionados rojillos y de la Real Sociedad que se encontraban poteando en el Casco Viejo (ayer las peñas de Osasuna celebraban su día). La organización distribuyó varias pegatinas del festejo en las que figuraba la silueta de un joaldunak, un gaitero o un remontista y un lema en euskera en cada figura.
La lluvia respetó los actos Así, durante toda la mañana, el Casco Viejo se convirtió en un epicentro del folclore, en el que no faltó la música de los trikitilaris, los gaiteros y las fanfarres, entre otros grupos, y los cantos del grupo Iruña Kantuz, que sale cada primero de mes. A la 13.30 horas, las distintas kalejiras llegaron a la plaza del Castillo. Los gigantes de los distintos barrios comenzaron a bailar al son de la música. Finalmente, cuando todos los participantes llegaron a la plaza, se interpretó el baile de la Era alrededor del kiosco. "No queremos que ningún grupo adquiera protagonismo bailando algo, sino que es una fiesta de todos y para todos", indicó Lasarte.
Entre el público asistente, se encontraba Marttin con su hija Nahia, vestida de casera. "Es una fiesta muy positiva, popular y participativa, como deberían ser todas las fiestas en Iruña", afirmó Marttin. Otro de los participantes, Mila Fernández, dantzari de Muthiko Alaiak, coincidió con Marttin. "Hemos estado muy a gusto, el tiempo ha respetado. A las 10.30 horas hemos salido con la kalejira. Por parte del Muthiko Alaiak han ido dantzaris jóvenes, zarras y aficionados". En opinión de María León Huete, vestida de casera, y Javi Baines, que la Euskal Jaia tenga un espacio propio "está muy bien". Ambos habían participado en la kalejira que partió del Muthiko Alaiak y se quedaron a la comida popular.
Por otro lado, aunque los actos programados pudieron celebrarse gracias a la ausencia de lluvia durante la mañana, desde la organización se mostraron cautos y optaron por cambiar la ubicación de algunos festejos. "Hemos cambiado la comida popular, que se iba a celebrar en la plaza Santa Ana, por el frontón de La Mañueta y los bailes que teníamos pensado hacer por la tarde en la misma plaza, los vamos a realizar en el bar Jarauta, que ahora pertenece a la peña Alegría", explicó Lasarte. Sin embargo, se mostraron satisfechos por cómo se había desarrollado la jornada. "Estamos muy contentos, han participado más colectivos de lo previsto", aseguró Lasarte. La jornada finalizó con bailes en el frontón de La Mañueta y un concierto de Baserritars en la peña Muthiko Alaiak.