el palenque de Estella-Lizarra fue ayer el escenario elegido por cuatro caballeros para batirse en un emocionante duelo medieval. Dos cristianos y dos moros defendieron el honor de sus líderes, el rey cristiano y el caudillo árabe, y para ello primero demostraron sus habilidades con una serie de juegos y después lucharon por la vida en el albero estellés. Todos ellos contaron con su propio público, llegado del siglo XXI, que no dejó de animar a sus caballeros y de recriminar a los contrarios.
Los juegos, todos ellos disputados a caballo, comenzaron con el estafermo, un maniquí colocado en el centro de la plaza de toros al que debían atacar los caballeros con sus lanzas. Este juego servía en el medievo como entrenamiento, pero ayer en Estella se utilizó para poner a prueba la fuerza de los participantes en el torneo medieval. La complejidad aumentó conforme avanzaba la tarde y es que el segundo juego consistía en que los concursantes acertasen al centro de la diana con sus lanzas y yendo a toda velocidad en sus monturas. El último campeonato, el más espectacular, demostró la valentía de los caballeros y es que debían atravesar al galope una puerta en llamas y después introducir en sus lanzas una anilla. No faltó la polémica, puesto que el caballero negro, el cristiano don Luis, no dudó en cometer trampas, una y otra vez, algo que enervó al público estellés.
LAS JUSTAS
Con unos juegos más que reñidos, las justas fueron las que decidieron qué caballero resultó el ganador del torneo. De hecho, el árabe del equipo rojo, más conocido como el Guerrero de la Luz y Guardián de la Mezquita, fue el único que salió con vida del palenque. Antes de eso, moros y cristianos se batieron en duelo e incluso se presenció cómo el caballero negro se convertía en traidor al matar a su compañero ya herido, el cristiano del equipo azul. El público, que llenó tres cuartos de las gradas de la plaza de toros de Estella-Lizarra, recriminó duramente esta actitud, aunque poco pareció importarle a don Luis. Sin embargo, éste perdió la vida cuando el Guerrero de la Luz se la arrebató con su espada.
Antes y durante el descanso del torneo medieval, el público pudo disfrutar también con dos vistosos espectáculos. Uno de ellos de danzas y el otro de equilibrio, en el que tres hombres se levantaban en el aire hasta formar diferentes columnas sujetadas en la base por uno solo de los equilibristas.
Con el torneo se cerró la Semana Medieval, una iniciativa de la Asociación de Comerciantes, Hostelería y Servicios de Estella-Lizarra que ha convertido a la ciudad, desde el lunes, en un enclave medieval bajo el mandato de Sancho Garcés I, rey de Pamplona. Durante estos días, las calles han estado repletas de espectáculos teatrales y musicales en los que no ha faltado el público. Por ejemplo, más de 800 personas acudieron a ver el circo que Sendaviva acercó hasta la ciudad del Ega y el fin de semana el Mercado Medieval y la Rúa de los Oficios atrajeron a miles de visitantes hasta Estella.
La presidenta de la Asociación de Comerciantes, Esther Calatayud, valoraba a última hora de ayer esta Semana Medieval como la más multitudinaria. "Estamos muy contentos. Ha habido más gente que ningún año y esto creo que se debe a que todos los espectáculos, menos los del palenque, han sido gratuitos. Es lo que la gente necesita, poder disfrutar sin que su presupuesto lo note. Creo sinceramente que esta Semana Medieval ha sido más necesaria que nunca", indicó.