¿ha perdido usted dos amplificadores de coche en Burlada? ¿O una cámara de fotos? ¿O una bicicleta? ¿O una alianza con brillantes? Pues si es así no dude en acudir a la oficina de la Policía Municipal, sita en el edificio del ayuntamiento, donde quizá acabe encontrando su anhelada y apreciada propiedad. Y es que en estas dependencias policiales, al igual que ocurre en otras de la Cuenca de Pamplona, se almacenan cientos de objetos que diariamente se extravían en la vía pública y que esperan ser reclamados por sus dueños. En el caso de que finalmente acaben siendo reclamados.

Estos días, un bando municipal repartido por toda Burlada ha recordado a sus vecinos los artículos que se acumulan en las oficinas policiales con el fin de intentar localizar a sus propietarios. La variedad de objetos es muy extensa: abundan las bicicletas y los teléfonos móviles, pero también se almacenan desde carteras, dinero en efectivo, unos guantes de señora o hasta joyas. Asimismo, también se pueden encontrar muchos artículos infantiles: un casco de bici para niña, unas gafas pequeñas, patines en línea, un patinete o hasta un libro de texto en francés.

"En una estancia almacenamos las bicicletas y hasta las motocicletas, mientras que en otra se encuentran el resto de los objetos más pequeños", explican desde la Policía Municipal de Burlada, donde se encargan de recoger, organizar y entregar los artículos perdidos en las calles de la localidad. Encontrar al dueño no siempre es fácil. Depende del objeto. En el caso de las carteras, por ejemplo, si disponen de documentación "solemos localizar a los propietarios y se las entregamos". Las cantidades de dinero que se encuentran no suelen ser muy elevadas, aunque reconocen que en una vez llegaron a recoger "300.000 pesetas" (unos 1.800 euros) y que en otra ocasión un buen ciudadano entregó una cartera con 600 euros.

Sin embargo, no siempre hay tanta suerte. Los objetos, si nadie los reclama, acaban descansando durante meses en las dependencias municipales hasta que finalmente, una vez termina el año, se emite un bando municipal con el listado de los objetos extraviados durante el año anterior. "El bando que hay ahora hace referencia a los artículos que se han perdido en 2012. Suele estar a la vista durante unos cuatro fines de semana y, en ese tiempo, suele venir gente. Sin embargo, otros objetos se quedan sin reclamar, por lo que se emite una resolución de alcaldía para finiquitar los expedientes", aseguran desde la Policía Municipal de Burlada.

Muchos de los artículos que no encuentran a su dueño "se acaban tirando", mientras que hay otros a los que se les intenta sacar un provecho, con un fin solidario. "Las bicis las donamos a una ONG de Salesianos y se las llevan a países donde las necesitan", explican las mismas fuentes.

DONAR LOS ARTÍCULOS SIN DUEÑO En Barañáin, muchos objetos que se quedan sin ser reclamados llevan el mismo camino solidario. Según explica Juan Antonio Castro, jefe de la Policía Municipal, las bicicletas acaban donándose a una asociación "que luego las distribuye a África", mientras que en el caso de las gafas se depositan en ópticas.

En Barañáin los objetos extraviados también se guardan en dependencias policiales. Carteras, móviles o gafas son los que más se pierden, aunque también se ha llegado a tener una memoria externa. "Si tenemos la posibilidad de localizar al titular lo hacemos y, si no, los objetos permanecen aquí, hasta un máximo de un año más o menos", observa Juan Antonio Castro.

La Oficina de la Policía Municipal también es el lugar en el que se deposita lo perdido en Ansoáin. Los agentes se encargan de avisar a los dueños si el artículo tiene algún tipo de identificación y, si no, este permanece en dependencias municipales "el tiempo que marca el Código Cilvil", explica Carlos Ceballos, responsable policial. En una base de datos se introduce la información con los elementos que se entregan y sus características. Si hay uno que se pierde constantemente por Ansoáin, año tras año, son las llaves. "Si no las reclama nadie, acaban siendo destruidas en un punto limpio de Focsa", constata Ceballos.

Las bicicletas se amontonan en dependencias de Ansoáin, las hay para dar y regalar, mientras que entre los objetos habituales que se extravían también están los bolsos, los paraguas, las gafas y hasta cascos de moto. Eso sí, cuesta creer, aunque así ha sido, que en este municipio se haya llegado a custodiar hasta una muleta. Un artículo, cuanto menos, bastante necesario para darse cuenta su propietario o propietaria de que lo había perdido.