PAMPLONa. Los hosteleros de la plaza del Castillo exigen una explicación al Ayuntamiento de Pamplona ya que por tercer año consecutivo les ha sido negada la licencia para colocar carpas en sus terrazas durante todo el año. Junto a la crisis, las lluvias y las bajas temperaturas que han predominado durante estos meses hicieron que los propietarios de los bares de esta zona encontraran una solución en la colocación de carpas en sus terrazas, que resguardarían a los clientes durante todo el año. Una petición que, según los gerentes de los bares implicados, el Ayuntamiento de Pamplona ha rechazado sin ningún tipo de razonamiento ni aclaración.

p>Como ya ocurrió en años anteriores, los bares de la plaza del Castillo tendrán permiso para colocar carpas y toldos durante los nueve días que duran las fiestas de San Fermín, pero después tendrán que quitarlas para no ser denunciados. "Poner una carpa solo para las fiestas no merece la pena. Me cuesta casi lo mismo colocarla solo para nueve días que para todo el año", señaló José Ramón Irisarri, gerente del bar El Kiosko, que también explicó que el montaje de una carpa puede costar aproximadamente 1.200 euros. "Económicamente no nos sale rentable colocar las carpas en las terrazas solo en Sanfermines porque las queremos para resguardarnos de la lluvia, y en teoría en julio no llueve", añadió Javier Rodríguez, del bar Tropicana.

Por el momento son ocho bares los que se han reunido indignados en busca de una justificación por parte del Ayuntamiento, pero esperan buscar apoyo en el resto. Junto al bar El Kiosko y el Tropicana, se trata del Txoko, el Sevilla, el Okapi, el Windsor, el Baviera y el Gure Etxea. Todos sus gerentes y propietarios creen que la colocación de carpas ayudaría a remontar sus negocios -sobre todo por el tiempo y las lluvias- e incluso ayudaría a crear nuevos puestos de trabajo. "El tiempo que está haciendo para mí es peor que la crisis. Este año no he contratado terracero pero si tuviera carpa, lo hubiera hecho", afirmó Javier Rodríguez. "El otro día que hacía buen tiempo en cuatro horas hicimos 1.700 euros de caja, pero un día que hace malo apenas llegamos a los 300 euros. Si tuviéramos la carpa esto cambiaría", aseguró Laura Álvarez, representante del bar Okapi.

Irisarri, de El Kiosko, recordó que él ya tuvo problemas cuando quiso colocar un cortavientos. En principio, la única condición que el Ayuntamiento le exigía es que no midiese más de 1,40 metros, pero ni cumpliendo las condiciones le dejaron colocarlo. "El terreno es suyo, nos lo cobran como si fuera nuestro, porque pagamos el mayor impuesto de toda Pamplona, pero no podemos hacer nada con él", explicó. Con respecto a la colocación de las terrazas, los hosteleros afirman que el Ayuntamiento de Pamplona no les ha exigido ningún requisito previo.

Lo más llamativo es que dos bares de la plaza sí que tienen una carpa establecida todo el año, por eso estos hosteleros no entienden por qué su petición ha sido denegada. "Yo no quiero que le quiten a nadie nada, pero quiero que me expliquen por qué hay diferencias", señaló el gerente de El Kiosko.

"SOLO QUEREMOS TRABAJAR" Las quejas de estos ocho bares no buscan nada más que una explicación a la negativa del Ayuntamiento de Pamplona a la concesión de los permisos. Lo único que los hosteleros quieren es buscar medidas que fomenten sus negocios. "La gente se piensa que nosotros vivimos de lo que ganamos en Sanfermines pero no es cierto. Nosotros necesitamos trabajar todo el año, y eso es lo único que queremos", destacó Javier Rodríguez, del bar Tropicana.

La instalación de carpas animaría el ambiente en las terrazas durante todo el año -especialmente en los meses de invierno-, y a su vez, daría vida a la plaza del Castillo, una de las imágenes más conocidas de Pamplona, y uno de los principales iconos y reclamos turísticos de la ciudad.