Paco ureña, triunfo y sangre

CORELLA. Las fuciones taurómacas en honor a la Merced y San Miguel comenzaron en la decana de las plazas navarras con vicisitudes varias, como variado fue el juego de los ejemplares burgaleses corridos del hierro debutante de Antonio Bañuelos. Lo más reseñable fue la doble cara de la fiesta que se llevó en forma de orejas en el esportón y de centímetros de cornada en sus carnes el pundonoroso albaceteño Paco Ureña, también nuevo en la ciudad ribera. El de Lorca cortó dos orejas de Pañero, el excelente segundo, la segunda de forma un tanto generosa; y otra a Dulcecito, un veleto y engatillado que le trincó a primeras de cambio en dos ocasiones y le enhebró el gemelo izquierdo por su parte externa de certero guadañazo. Ureña no se dejó retirar por su peonaje y finiquitó a Dulcecito de soberano bajonazo que provocó una porfía de sangres entre el espadachín herido en volandas de sus asistentes y la bestia degollada. La oreja, cortada por el mérito de la vergüenza profesional más que por la valía artística, fue protestada por un grupo de gabachos. El de la cuadrilla de Ureña que portaba la oreja y varios de los aficionados galos se liaron a tirarse la oreja del ruedo al tendido y viceversa. Mal los dos. Los franceses fueron pitados por la parroquia corellana.

Nadie salió a hombros: Mora por fallar con la espada ante el cuarto; Ureña por estar en mano de los galenos; y Joselito Adame, que logró una buena complicidad con la solanera, por tener el detalle de renuciar a ello y acudir a la enfermería para interesarse por su colega caído.

Los bañuelos cumplieron con fijeza en varas pero tuvieron, en conjunto, poca alma. La terna estuvo dispuesta, aunque con abundancia de recursos ventajistas. Fue Adame el que dejó los mejores pasajes: por espectaculares, manejando capote y banderillas y por hondos, en algunas tandas, con la diestra ante el sexto, Jugador. Mora topó con el lote más flojo. Incluso se echó de hinojos para elevar la temperatura de sus manufacturas. No tuvo suerte. Ureña, muy generoso en entrega y valor toda la tarde, pero también vulgar, estuvo por debajo del bravo Pañero. Y fue cogido por el mentado Dulcecito.

Hoy se abrocha el ciclo corellano y el año navarro con toros de Montalvo para Marco, Mora y Fortes.