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Silvia Federici asegura en Zugarramurdi que "la caza de brujas no ha terminado"

La historiadora americana anima a luchar por "una sociedad igualitaria"

Silvia Federici asegura en Zugarramurdi que "la caza de brujas no ha terminado"Juan Mari Ondikol

Zugarramurdi - La historiadora estadounidense Silvia Federici afirmó que "la caza de brujas no ha terminado todavía y tenemos que organizarnos para acabar con ella y conseguir una sociedad igualitaria" en una charla que ofreció en el Museo de las Brujas de Zugarramurdi. La escritora señaló, en relación a los Autos de Fe inquisitoriales, que "fueron encaminados a crear un nuevo orden social, la estructura social del capitalismo, donde a la mujer se le asigna el trabajo reproductivo, no remunerado y devaluado".

Con el auditorio abarrotado, Federici destacó que "más del 90% de los acusados eran mujeres, miles de mujeres en la Europa Occidental que fueron asesinadas en circunstancias terribles y acusadas de crímenes horrendos" y falsos. Tras analizar muchos casos de persecución de la brujería en la Europa Occidental, la investigadora afirmó que" en algunas ocasiones tuve que dejar de leer los documentos porque se me llenaban los ojos de lágrimas".

En su opinión, las cacerías de brujas se convirtieron en un instrumento de persecución de la mujer a manos de las autoridades con el objetivo de "erradicar ciertas prácticas comunes e imponer un nuevo tipo de comportamiento social y una nueva división del trabajo".

Además, señaló que todas las persecuciones presentan elementos en común: "Un discurso parecido de los acusadores ("iluminados, locos", según Federici), basado en libros pseudo-intelectuales como Malleus Maleficarum, libros que gracias a la imprenta se extienden por Europa y provocan que el tipo de interrogatorio sea parecido, silenciamiento de la voz de las víctimas que nadie sabe qué sentían o qué pensaban verdaderamente, sólo se sabe qué confesaron ante los acusadores y características similares en las víctimas, mujeres pobres, mayores, sabias, a las que el pueblo les atribuía alguna habilidad o poder especial", y era conveniente acallar sus voces discrepantes con el poder de los Estados imperantes.