En 1953 la avenida de Galicia, que se había pensado como límite meridional del Segundo Ensanche, en el extremo opuesto al paseo de Sarasate, a duras penas desempeñaba dicho papel, y la ciudad se expandía hacia el barrio de Arrosadia (o del Mochuelo). El nombre de la calle se había decidido en 1939, y en el texto oficial se explicaba que dicha dedicatoria se justificaba por el hecho de haber sido Galicia, al igual que Navarra, una de las regiones en las que la sacrosanta Cruzada había triunfado en 1936.

La fotografía fue obtenida desde uno de los pisos altos del inmueble en el que se aloja el bar Sol. Muestra una avenida todavía a medio configurar, con grandes solares vacíos y sin construir, y con una calzada cuyo centro va ocupado por grandes farolas dobles. Al fondo, marcando el punto de fuga de la imagen, puede verse la cúpula y el tambor del monumento que se había construido para homenajear a los muertos en la Guerra Civil. A los suyos, claro...

Hoy en día parece claro que la avenida de Galicia no desempeña en absoluto el papel de límite de la ciudad con que fue creada en la primera mitad del siglo XX. Todos los terrenos vacíos de 1953 han sido edificados, y así, el solar superior se ocupó en 1961 con el colegio del Santo Ángel, centro que funcionó hasta el año 2009, y que se encontraba en la esquina de esta avenida con la calle Bergamín. Siguen unos edificios de viviendas, así como la clínica Arrondo, que existía desde 1942 pero que ha sido notablemente ampliada. En el gran solar inferior, por último, se levantaron las dependencias de la Guardia Civil.

Los edificios del fondo dejan ver hoy tan solo la linterna que corona el monumento a los Caídos, como si quisieran ocultar el edificio y esconder así que, en su cripta, todos los meses se celebran misas en honor del carnicero Emilio Mola Vidal. Celebrar akelarres franquistas en un edificio público, por lo visto, no humilla a las víctimas. A las suyas, claro...