URDAZUBI/URDAX - “Esta es una profesión muy esclava, a la que hay que dedicar tiempo, mucho cariño y ganas de hacer las cosas bien para conseguir un buen producto, y al mismo tiempo muy gratificante (como es el caso) y que te anima a continuar”, explica Isabel Lastiri un poco con la experiencia y un mucho con el corazón y el sentimiento. La etxekoandre de Etxelekua, esposa de Manuel Bengoetxea, y sus hijos Ana Mari y Xabier, son los elaboradores de la quesería de Urdax que acaba de obtener el reconocimiento mundial al conseguir el premio Super Gold, la máxima distinción en los World Cheese Awards (el concurso de quesos más acreditado e importante a nivel mundial) celebrado en Londres.

Para la familia, y para la producción que trabaja con las marcas Etxelekua (el nombre de la casa) y Bengoetxea (el apellido), con el que ha logrado el máximo galardón entre 2.600 quesos de todo el mundo, calificado por 250 catadores de 26 países, este premio es un nuevo acicate para continuar con la labor que pronto hará un cuarto de siglo que emprendieron.

Será el año próximo, en concreto, cuando se cumplirán los 25 años desde que decidieron optar por mejorar sus sistemas de trabajo y adaptarlos a las exigencias de los tiempos. “En casa hemos hecho quesos toda la vida, aunque lo hacíamos para casa (Manuel en Urdax e Isabel en Erratzu) o de encargo, pero nunca nos planteamos una elaboración en cierto modo más industrial y comercial”, comenta Isabel, “hasta el año 1990 cuando decidimos que había que lograr algún valor añadido, iniciamos los trámites de registro sanitario y todo el papeleo necesario y emprendimos esta actividad”. Etxelekua, la quesería, ha cambiado por completo. Hoy dispone de unas instalaciones que muestran una pulcritud absoluta y una higiene que no pasa desapercibida, por más que en definitiva la labor es prácticamente artesanal, igual que lo ha sido siempre.

Las labores están repartidas. Manuel y Xabier se ocupan de las ovejas (un rebaño de 600 cabezas de raza latxa) e Isabel y Ana Mari de la elaboración del queso propiamente dicha, “aunque unos y otros nos ayudamos según las necesidades”. La producción anual oscila de 8.000 a 10.000 kilos de leche de oveja y unos 5.000 kilos de vaca, si bien el prestigio de las marcas se apoya en la quesería de ovino con denominación de origen Idiazabal, la que les ha llevado a lograr el oro en los World Cheese Awards 2009 y 2011 (plata y bronce ese mismo año), el Super Gold en 2012 y el más reciente, otro Super Gold y un bronce, apenas hace unos días.

al aire libre El rebaño pasta siempre en las cercanía de Urdax y Zugarramurdi, y los Bengoetxea prefieren que lo haga “al aire libre” y no estabuladas. “El pasto es fundamental” (comprobado, basta con catar quesos de Baja Navarra y comparar sabores) y, por supuesto, el empeño, incluso la delicadeza en tratar y cuidar el producto hasta que sale al mercado. El queso ganador del premio mundial se elaboró en abril, o sea que era un ejemplar de siete meses de curación hasta que se convierte en un manjar como el que resultó ser.

Isabel Lastiri recuerda que pronto, a primeros de diciembre, comenzará la campaña de producción, el ordeño y elaboración, y desde ahí será el momento de vigilar y controlar los ejemplares que, todos en general, responden a unos niveles y unas características de sabor “muy similares, ya no es como antes que era casi una lotería”. Y los Bengoetxea seguirán una labor que les ha dado el prestigio y el reconocimiento que merecen.