Tudela fue el ejemplo palpable del poder del río. El Ebro se adueñó el viernes 27 de febrero de los campos y de una veintena de calles del Casco Antiguo de la capital ribera y bajo su manto de agua de 5,85 metros de altura (es lo que marcaba el medidor del puente románico a las 15.00 horas) puso contra las cuerdas a más de medio millar de tudelanos. Hasta casi 1,5 metros de altura de agua se registraron en algunas zonas, algo que sólo se recordaba en el año nuevo de 1961. Vecinos de las calles Verjas, Arbollones, Fuente del Obispo, San Julián, Hortelanos, De la Higuera, plaza de la Judería, plaza de San Francisco, Miguel Servet, Santiago, paseo de Pamplona, Terraplén, Dombriz, San Antón, De la Parra, Cortes, Huerto del Rey, Portal, Patio, Pontarrón, Portal, Fosal, Cubrimiento del Mediavilla y los paseos de Pamplona, Prado y Cristo se vieron obligados a usar las barcas que ofreció Protección Civil para poder salir de casa a trabajar, comprar o para evacuar ante el corte de luz que se produjo en muchas de ellas por el peligro de cortocircuitos. Además, el puente sobre el río Ebro, la entrada a la huerta de La Mejana, la carretera a Pamplona y el Camino del Cristo fueron cerrados por el desborde del propio río.

venecia

Barca y piraguas

El Casco Antiguo se vio anegado en realidad por el río Queiles que, al no poder desembocar en el Ebro, revocó y subió por las alcantarillas, inundando las calles cercanas a su cauce que discurre debajo de esta zona de la ciudad. Aunque era otro siglo, las afecciones en la capital ribera son más parecidas al día de año nuevo de 1961 (4.950 metros cúbicos) que a febrero de 2003 (2.850 metros cúbicos).

El máximo responsable de la Policía Municipal, José Ángel Santamaría, confesó que en 31 años de trabajo “es la mayor riada que recuerdo. Hace 12 años no llegó a afectar tanto al casco urbano y cuando entró el agua duró en las calles tres o cuatro horas nada más”. El problema de esta riada ha sido que hasta que el Ebro no bajó mucho su nivel ni Queiles ni Mediavilla pudieron desaguar.

Todo comenzó a desbocarse hacia las 6.15 horas, cuando por las alcantarillas de la calle Terraplén y paseo de Pamplona comenzó a brotar agua. Aunque el jueves 26 de febrero por la noche en algunas calles ya apareció, en sólo dos horas su profundidad se multiplicó y para las 8.00 horas el agua del Ebro saltó las defensas y penetró en el casco urbano, se cortó la carretera y una veintena de calles eran ya intransitables. Protección Civil debió desplegar los equipos y las lanchas para inundaciones y comenzaron a asistir a los vecinos que trataban de hacer vida normal, yendo a trabajar, comprando medicinas o simplemente haciendo sus obligaciones.

daños

522 vecinos afectados

Las primeras estimaciones del Ayuntamiento de Tudela apuntan que la riada afectó a 522 vecinos. En el aspecto económico, las pérdidas se cifran en más de 110.000 euros, sólo en las instalaciones deportivas de Ribotas (se necesita una nueva caldera -9.000 euros- y cambiar el suelo de la pista de squash -10.000 euros-) a lo que habrá que añadir los caminos rurales que según el servicio de Montes asciende de momento a casi 90.000 euros. “Aún se observan zonas sin asentar y nuevas grietas, por lo que se podrían producir más hundimientos en caminos”, por lo que las peritaciones seguirán durante bastantes días. En este sentido, el alcalde Luis Casado explicó que durante el último fin de semana de febrero personal del sindicatos de riegos estuvo reforzando una mota en Traslapuente (la orilla izquierda antes del puente de la variante) ante el riesgo de que el Ebro la rompiera. “Gracias a su trabajo el desastre en la zona agrícola no ha sido mayor”, aseguró el primer edil que cifró en 1.500 las hectáreas anegadas sumando La Mejana, Traslapuente, Mosquera, Murillo y El Raso (cerca de Arguedas).

Junto a todas estas pérdidas hay que sumar los daños a la sede de la Policía Municipal (el agua llegó a tener 1,5 metros de altura) y múltiples en lo que respecta a Ribotas como reparar el vallado, pintar salas, arreglar cuadro eléctricos, cambiar piraguas partidas, reparar la pista de tenis o reparación de pantalán en el río, por lo que es de suponer que la cifra de 110.000 se superará con creces dado que sólo para comprar material para limpieza y arreglar zonas verdes se gastarán 2.000 euros.

Dentro de las labores que se van a realizar durante las próximas semanas, Casado indicó que “primero es lo primero y eso es arreglar lo que pueda evitar más daños si llega una nueva riada” aunque no desechó que al mismo tiempo iniciarán un repaso por los edificios municipales del Casco Antiguo que se han podido ver afectados por la humedad o por el agua, “en especial Sementales que ya el estado no es muy bueno y desde luego el agua no le viene bien”.

Jefe de la Policía Municipal de Tudela

en detalle

l Derrumbe. Un edificio vacío del Ayuntamiento en el número 5 de la calle Terraplén se derrumbó como consecuencia de las inundaciones. Un matrimonio de personas mayores que vivía al lado fue evacuado.

l Habitaciones para afectados. El Complejo Hotel Villa de Castejón, situado a 11 kilómetros de Tudela, ofreció habitaciones para aquellas familias que se vieron obligadas a abandonar sus casas por culpa de la crecida del Ebro. Nadie necesitó pero una tudelana llamó a dar las gracias por el ofrecimiento.

1,5

Metros de altura. Alcanzó el agua en las calles del Casco Antiguo de Tudela.