san adrián - Con el objetivo de dignificar a las personas que debido a la situación económica no cuentan con ingresos suficientes y tienen que pedir ayuda para comer, San Adrián ha puesto en marcha, de la mano de la Mancomunidad de Servicios Sociales y el Banco de Alimentos, una especie de supermercado social, una Unidad de Atención Familiar que evitará duplicidades y garantizará que los alimentos llegan a las familias sin recursos.

Un grupo de unos 25 voluntarios de San Adrián y Azagra, todos ellos miembros de la asociación Voreal (voluntarios de reparto de alimentos) se ha encargado de habilitar y acondicionar un local cedido por el Ayuntamiento. Estas personas, además, son las encargadas de atender este centro que abre sus puertas cuatro días a la semana, dos veces al mes.

Javier Ruiz, presidente de esta agrupación, reconocía que este modelo, pionero en Navarra, “está teniendo muy buena aceptación por parte de la gente y de verdad creemos que va a funcionar. Al principio siempre surgen problemas y complicaciones pero es cuestión de ir mejorando el sistema poco a poco”.

Este sistema sustituye el tradicional reparto en bolsas y en su lugar se ha instaurado un sistema de puntos, que asignan los servicios sociales según las personas que integran la unidad familiar, y que después se canjean por productos. Tal y como explicaba Ruiz, “las personas llegan aquí y se les hace un control de presencia y después pasan por las estanterías y comienzan a hacer la compra”.

Por ejemplo, entre las baldas del local adrianés se puede encontrar aceite a 2,5 puntos, que es el producto más caro, o media docena de huevos a 0,5 puntos, mientras que los productos infantiles para niños menores de dos años no tienen coste alguno. Además, los alimentos aparecen en castellano y árabe para que todos los que pasan por allá sepan qué hay en cada estantería.

Cada persona es consciente de los puntos que tiene y se organiza la cesta en función de sus propias necesidades. Eso sí, tal y como recalcaban los miembros de esta asociación, “nadie puede pasarse en la compra, el control es muy exhaustivo para que no haya problemas, así que siempre les recomendamos que pasen primero los productos de máxima necesidad por si luego no pueden comprar todo lo que han seleccionado”.

aYUDA EXTRA “Antes se preparaba una bolsa básica con alimentos como arroz, leche y pasta y se repartía, pero ahora son ellos mismos los que gestionan su cesta con las necesidades que tienen. Creemos que de esta manera consumen todo lo que adquieren porque es lo que ellos han escogido. Con el otro sistema puede que parte de la comida se tire o no se consuma porque al fin y al cabo son productos impuestos”, recalcaba el presidente de la asociación.

Ruiz también agradecía la colaboración de empresas de la zona puesto que alguna les ha dado grandes cámaras frigoríficas que ayudan a conservar en buen estado los alimentos, algunas ofrecen productos y otras han aportado las estanterías.

Estas personas, que colaboran de forma altruista, creen que “es una gran satisfacción poder ayudar, en la medida de lo posible, a aquellos que lo necesitan. Está claro que lo deseable sería que no hicieran falta estos servicios, pero ahora hay que intentar mejorar poco a poco lo que tenemos”, puntualizaba el presidente de Voreal.

Un millar de personas El Banco de Alimentos se encarga de suministrar cada quince días a esta Unidad de Atención Familiar los productos necesarios aunque los miembros de la asociación ribera, con la subvención que les han dado desde Obra Social la Caixa, también compran productos como pollo, patatas o fruta (alimentos que normalmente no hay en el supermercado social) para ofrecérselo a estas personas.

En el mismo local, situado junto al antiguo centro de salud, han habilitado un pequeño almacén en el que los voluntarios separan y organizan los productos que después ponen “a la venta”.

En la actualidad, este sistema ayuda a unas 1.200 personas de 300 familias de Andosilla, Azagra, Cárcar y San Adrián y, tal y como informaba Ruiz, el segundo semestre del año pasado repartieron 53.000 kilos de alimentos. En esa ocasión se atendió a unas 270 familias, menos de las que hay en la actualidad porque Azagra todavía no formaba parte de este proyecto piloto.