Más de 150 trajes, de las 15 variedades existentes en el valle, se exhibieron ayer en Isaba en la VI edición de la Indumentaria Roncalesa, que se reveló como un recurso turístico con merecido hueco en su agenda cultural.

Vecinos y vecinas de todo el valle, de los valles vecinos, de Pamplona y de otros puntos de Navarra acudieron al evento que pone de relieve la importancia de los trajes roncaleses y su significado, gracias a la iniciativa de la Asociación Cultural Kurruskla, que los sacó del olvido y animó a sacarlos a quien los conservaba, así como a hacérselos a quienes no los tenían.

Ataviados con ellos, participan de la fiesta de exaltación de los trajes, que cada año acerca una parcela de su historia. “Es la indumentaria con historia, y viceversa”, dicen, con lo que se renueva en cada edición. Y este año, se lo dedicaron al famoso tenor, Julián Gayarre, en la conmemoración del 150 aniversario de su muerte, “en reconocimiento y recuerdo al tenor universal, para mantener vivo su recuerdo generación tras generación”. Y en el relato de su vida, se integraron las variedades de trajes de hombres y mujeres, solteros y casados, festivos y de diario.

historia y valores Llena la plaza de la Villa de público, actores y actrices, un centenar de personas participó en la escenificación teatral, en siete actos, de la vida y muerte del tenor roncalés, que arrancó en 1857, con la vida sencilla de su infancia en su pueblo de Roncal, sus costumbres, y su lengua, el uskara roncalés. Siguió el recorrido con la marcha a Pamplona ya adolescente , donde descubrió la música, “otros sonidos diferentes a la dulzaina y el tamboril del valle”, que le cautivaron. De la capital a Madrid, de Madrid a Italia, a Europa, y a América, sin olvidar sus orígenes , según la correspondencia conservada, y a la que es fiel el guión escrito y adaptado por Fernando Hualde, “que recoge la historia, costumbres y valores de conservación y respeto al patrimonio”, recalca el escritor, a la vez que revela que “Gayarre fue un gran tenor de corazón monumental, que ayudó a su pueblo y a otros en sus adversidades, por lo que también merece ser recordado”.

La representación finalizó con la escena del Teatro Real, su funeral y entierro en su Roncal natal, en 1890. El público se trasladó después hasta la puerta de la iglesia, que tocó a muerto, donde se montó su mausoleo viviente.

Acto seguido, se montó la espectacular foto de familia de la VI edición de la Indumentaria Roncalesa y llovieron las felicitaciones. Izabarras, roncaleses, salacencas jaurrietanas con su alcalde a la cabeza, Ayuntamiento de Isaba, herreros de Garde y Sangüesa, ADI, fanfarre del valle... Todos a escena para transmitir las historias de vida en el pasado a través de sus trajes roncaleses.