huarte - Una vecina de Huarte ha presentado una queja ante el Ayuntamiento de la localidad por el nivel de ruido de las campanas de la iglesia de San Juan Evangelista ya que perturba su descanso, sobre todo en fines de semana, y está convencida de que infringe el límite legal establecido tanto en el decreto foral de ruidos (1989) como en la ordenanza municipal. La joven estudiante de 23 años, que se prepara para unas oposiciones, alega en su reclamación que el sonido de las campanas se oye incluso más alto que la música de los conciertos que se celebran durante las fiestas patronales. El excesivo volumen y la frecuencia de las campanas supone el sacrificio de tener que escuchar, expone, cada cuarto de hora las campanadas: desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche, “llegando a sonar más de cinco minutos sin parar”. Esta situación le impide descansar y llevar una vida normal, alega, a la vez que cree que no es necesario que las campanas suenen cada quince minutos (los cuartos). Expone que de día recurre al uso de tapones y pese a ello escucha el bando, y de noche, no puede dormir más tarde de las ocho. La joven acudió a la parroquia y ante la posición “defensiva” del párroco, decidió elevar su queja al Consistorio. Desde la parroquia aseguran que el volumen de las campanas ya se redujo en su momento, que el sonido se limita a horario diurno, y que no se realiza de forma manual sino automática porque “se cambió el reloj”. “Apenas hay quejas y hay zonas de Huarte donde ni siquiera se escucha”, abunda. Desde el Ayuntamiento, su alcalde Alfredo Arruiz destacó ayer que el Consistorio le ha trasladado a la denunciante que una de las opciones más “sencillas” para resolver el conflicto es acudir a la Policía Foral como competente en mediciones sonoras. Cabe recordar que hace ocho años que la iglesia de Huarte dejó de tocar por la noche. Primero fueron las iglesias de San Agustín de Pamplona y la de Torres de Elorz las que fueron silenciadas en horario nocturno por el Arzobispado atendiendo las quejas vecinales. El decreto foral fija que no se permiten actividades junto a zonas residenciales que sobrepasen los 55 dB por el día. - D.N.
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