barañáin - Con la voz quebrada por la emoción, Bidane Zabalza grita a pleno pulmón la frase que tantas veces ha ensayado en los dos últimos días: “¡Beriñanenses, beriñanensas! ¡Viva Barañáin! ¡Barañaindarras! ¡Gora Barañáin!”. A sus pies, el estallido del cohete detona la fiesta. La alegría invade la plaza consistorial y también el balcón desde el que esta jugadora de baloncesto de Lagunak ha tirado el chupinazo. “Nunca me hubiese imaginado que un día estaría haciendo esto. Sabía que había una votación popular, pero tampoco la seguí mucho y hace unos días vino mi entrenador y me dijo que estaban pensando en mí para tirar el chupinazo en representación de la selección femenina de baloncesto de Lagunak. Yo no me lo esperaba para nada. Es una ocasión única en la vida, tengo que disfrutarla”, confiesa la joven barañaindarra.
Al estallido del primer cohete le siguen siete más. Uno por cada una de las jóvenes que cada día se esfuerzan en sus respectivas disciplinas para encumbrar a Barañáin en lo más alto. Ellas son la velocista Nerea García de Vicuña, la nadadora Sarai Pérez, la patinadora Paula González, la gimnasta Estíbaliz Gárriz, la futbolista Itziar Pérez de Heredia,las balonmanistas Itxaso Idoate y Naroa Sesma y Alaia Pascual, que practica hockey sobre patines. Cada una tiene una historia diferente, pero todas comparten el mismo espíritu de superación y la misma pasión por el deporte.
“Llevo 19 años compitiendo, soy entrenadora y gimnasta de rítmica. Me he retirado dos veces porque tenía que hacer demasiados sacrificios, pero me puede. Es como una adicción”, explica Estíbaliz Gárriz, que a sus 24 años compagina su faceta deportiva con sus estudios de Trabajo Social en la Universidad Pública de Navarra. “Hay que hacer muchos sacrificios, pero merece la pena. Sobre todo cuando ves que estás consiguiendo cosas”, apostilla Sarai Pérez, una nadadora de 28 años, con 20 de experiencia en la competición y dietista de profesión.
No obstante, todas coinciden en que el deporte es fuente de muchas alegrías. “Para mí es una forma de desconectar y de despejarme”, explica Nerea, una estudiante de Medicina en la Universidad de Navarra de 20 años que hace tres cambió la gimnasia por el atletismo de competición. “A mí el patinaje de velocidad me ha dado muchas cosas buenas. Lo mejor; las amistades y la disciplina. No obstante, también he tenido que hacer sacrificios, de hecho, aunque ahora estemos en fiestas, no puedo salir porque tengo que entrenar”, señala Paula, de 17 años.
reconocimiento El día de ayer fue doblemente especial para las jóvenes atletas. Y es que, además de la emoción que acompaña al honor de tirar el cohete desde el balcón consistorial, la sensación de que su trabajo y esfuerzo como deportistas por fin era reconocido, las embargaba. “Es bonito que por fin nos hagan un reconocimiento. Nosotras también estamos ahí”, comenta Itziar Pérez de Heredia, futbolista de 25 años. “Estamos muy contentas con el reconocimiento a nuestro trabajo”, añadieron Itxaso Idoate, de 21 años, y Naroa Sesma, de 18. Dos balonmanistas que defienden el nombre de Lagunak y Barañáin en la División de honor plata al mismo tiempo que estudian Ingeniería Agrónoma en el caso de Itxaso y, hasta hace poco, segundo de bachiller en el de Naroa.
Además, con homenajes de este tipo se fomenta el deporte femenino, que en muchas ocasiones tiene que hacer frente a grandes problemas. “Llevo ocho años practicando hockey. Soy la única chica de mi equipo, pero dentro de dos temporadas tendré que dejar de jugar. A partir de los 17 no puedo competir contra chicos y aquí en Navarra es muy difícil”, lamenta Alaia Pascual.