Un chupinazo popular por el mayordomo de Noáin

noáin - El noaindarra, Zesar Armendariz es el mayordomo de honor de Noáin que mañana lanzará el cohete dando el pistoletazo de salida a las fiestas. Un reconocimiento que le otorgaron sus vecinos mediante votación popular a su esfuerzo por fomentar el uso del euskera y la divulgación de la cultura y el folklore vascos en la localidad.

Este joven de 30 años recoge con gran ilusión y responsabilidad su cometido de mayordomo de honor y admite que “es un gesto muy bonito, a todo el mundo le gusta que se le reconozca lo que hace”. No obstante, recuerda de otra manera su primera reacción al conocer la noticia de su cargo. “La verdad es que al principio me dio como vergüenza, ya que en realidad son muchas más las personas que intentamos extender el tema del euskera en la zona”, explica Armendariz.

Zesar se describe como un joven noaindarra amante de su pueblo. “Desde pequeño he tenido relación con la música, toco el acordeón, lo que me acercó mucho a la cultura popular, de la calle”, destaca. Sin embargo, no fue hasta los 19 años cuando emprendió su aprendizaje sobre euskera y toda la cultura que le rodea. “Empecé tontamente, por curiosidad, y al aprender y conocer un poco más el folklore, me di cuenta de que era algo súper importante; una lengua de nuestra tierra que pese no haber tenido grandes apoyos, está todavía viva. Es un tesoro que ha conseguido conservarse hasta ahora y, por eso, hay que impulsarlo y cuidarlo”, relata el joven.

Más tarde, comenzó a cooperar con la agrupación Noaingo Gau Eskola, que lleva más de 30 años intentando normalizar la lengua autóctona. “Empecé a colaborar con ellos y me di cuenta de que hacían una gran labor; tanto en el impulso de la lengua, como del folklore y la cultura, creando espacios donde podamos vivir el euskera”, expone. Junto a la Gau Eskola, las agrupaciones AEK y Elortzibar Euskara Taldea fomentan este movimiento de normalización del euskera en el Valle. asociaciones que integran muchas personas que ayudaron a que se instalara el modelo D en el colegio público. Asimismo, consiguieron que se diera la posibilidad de obtener subvenciones municipales para los adultos que quieran aprender euskera. “Al final para estas personas es un esfuerzo, no solo de tiempo, sino también de dinero lo que quizá les frena a pesar de su interés por saber nuestra lengua local”, opina Armendariz.

Así bien, el noaindarra se muestra muy animado en relación a la evolución del euskera que ha habido en la localidad. “Llevo implicado unos diez años y soy positivo porque el euskera se ha normalizado muchísimo. Está claro que aún quedan muchas cosas por hacer, pero veo que mucha gente se ha comprometido, personas que han trabajado y se han preocupado por conservar esta parte nuestra, y que lo seguirán haciendo”, afirma. Durante las fiestas estos colectivos tienen distintos eventos previstos. Un acto en el que, según cuenta Armendariz, han puesto mucha ilusión es el Elortzibar Kantuz que el domingo recorrerá las calles de Noáin.

TRADICIÓN La fiesta de los mayordomos se remonta a una tradición antigua por la que eran los jóvenes solteros del pueblo quienes se encargaban de organizar las fiestas y presidir los eventos más importantes. El año pasado, por primera vez, desde el grupo de dantzas Ardantzeta rescataron esta costumbre en una versión más moderna. Este segundo año, además de Zesar, que fue nombrado el mayordomo de honor, otros tres colectivos de Noáin fueron también candidatos de este cargo; la txaranga La Patxana, la Peña Empalme, y Felipe Montavez, entrenador de un equipo de fútbol adaptado en la localidad.