BERA - La demolición de la presa conocida como Los 50, en Endarlatsa, uno de los más calificados pozos salmoneros de los 35 catalogados desde hace más de medio siglo, se inició ayer a las nueve de la mañana aunque por la tarde se tuvieron que suspender y aplazar los trabajos por las lluvias que descargaron sobre la comarca. El derribo, presenciado con pena y nostalgia por muchos aficionados a la pesca del salmón y personas amigas y cuidadoras del río, acaba con el que era, casi con entera probabilidad, el más carismático y más abundante en capturas del salmón del bajo Bidasoa.
Situado en las proximidades de la muga entre los territorios históricos de Navarra y Gipuzkoa, el dique se derriba al formar parte del proyecto europeo Life+Irekibai, en el que también toma parte la Diputación de Gipuzkoa. En la teoría, la demolición tiene el objetivo de permeabilizar el cauce y facilitar la circulación de especies piscícolas, en particular el salmón, aunque la medida cuenta con un considerable rechazo de los aficionados a la pesca tradicional.
Las obras de derribo y eliminación de la presa de Endarlatsa tienen un coste de adjudicación de 71.995 euros, y los de demolición del dique de la de San Martín (y no de San Miguel que se encuentra más abajo, como por involuntario error publicamos ayer) se eleva a los 94.775 euros. Con la desaparición de Los 50, a los que seguirán otras demoliciones en el curso del Bidasoa, se teme por la existencia e integridad de un pozo situado aguas arriba donde los salmones encontraban refugio para desovar al final de su ciclo vital.
En el curso del río Bidasoa se localizaban hasta unos cincuenta años atrás un total de 35 pozos salmoneros, desde el situado junto al paraje de Lamiarri hasta el de Unbordi u Onbordi, aunque la mayor parte de las capturas de salmones (60 en la finalizada temporada de 2016) se producían en las proximidades de la presa que ahora se derriba. Antes del derribo, se propuso la apertura de las compuertas para estudiar los resultados, pero la idea se rechazó aunque era apoyada por los pescadores, que consideraban desde su punto de vista y se demostró factible, pero los técnicos no la aceptaron.