GARRALDA - Otra localidad del Pirineo se ha sumado a la necesaria tradición de registrar la memoria de su pueblo en imágenes: Garralda (valle de Aezkoa). El pasado sábado se presentó, con motivo del centenario del molino nuevo de la localidad, un compendio de fotografías del siglo pasado denominado Garralda, 1898-1980. Se trata de un libro en el que se han implicado todos los vecinos, pero que no hubiera sido posible sacarlo a la luz sin la colaboración desinteresada de los hermanos Juan Carlos y José Etxegoien, que se han encargado de recopilar, escanear y maquetar todas las instantáneas, y sin el apoyo del Ayuntamiento de Garralda, la Sociedad La Garraldina y Acciona, vinculados a la producción de luz de la localidad.

Tras una labor que se inició hace más de 10 años pero que realmente se retomó hace dos, han conseguido recopilar unas 600 fotografías antiguas, de las cuales, 446 están expuestas en el libro como reflejo de la vida e historia del pueblo en el siglo pasado, hasta la década de los 80. Lamentablemente, no todas las personas que aparecen retratadas han podido ser identificadas, por eso, llaman a la colaboración de los garraldatarras para desvelar sus nombres. “Hemos dejado atrás unas páginas en blanco para que entre todos completemos el libro. Al final, hay fotos de cuadrillas en las que todos los vecinos tenemos algún que otro familiar”, explican los coautores.

Clasificado en diversos apartados, lo que más caracteriza al archivo fotográfico de Garralda es el amplio elenco de imágenes en la escuela y en fiestas. “Hemos tenido la suerte de contar con el maestro José Velasco y gracias a él, hay muchas fotografías de la vida dentro del pueblo”, afirman. El maestro Velasco llegó en 1921 y se marchó 45 años después. Su afición a la música y a la fotografía y su estrecha relación con Casa Cornelio y con la familia Arostegui, muy importantes para el pueblo, hizo que su huella se viera reflejada en lo que es hoy esta colección de imágenes, de la que han editado 500 ejemplares.

Y LLEGÓ LA LUZ Los vecinos de Garralda no quisieron perderse el sábado la celebración del centenario del molino nuevo (Errotaberri). Tras asistir a un paseo para visitar el molino viejo, acudieron a la presentación del libro, en la que estuvieron presentes los hermanos Xamar, coautores del libro, Fran Juamperez, alcalde y representante del Ayuntamiento, Mikel Barberena, presidente de la sociedad La Garraldina y José Arrieta, en representación de Acciona. Allí explicaron cómo la construcción en 1916 del nuevo molino en el centro del pueblo supuso un avance importante en la forma de vida de sus habitantes. “Ya no había que ir al río a moler el grano y la luz eléctrica llegó a las casas del pueblo. Fue toda una transformación”, subrayaron. Un cambio que llegó de la mano de la empresa La Papelera, que se interesó por el aprovechamiento de agua del viejo molino y el batán para producir energía eléctrica para su central en Olaldea. A cambio, el Ayuntamiento y la recién creada Sociedad La Garraldina, con 74 socios, consiguieron que la empresa construyera el nuevo molino en lo que hoy es el Restaurante Errotaberri, generando así electricidad a los hogares: dos bombillas por casa para los socios y una bombilla para los no socios, además de luces para la escuela, la iglesia, el ayuntamiento y las calles. “El molino ha sido y sigue siendo un centro de reunión”, aseguran. Desde sus inicios, sirvió para moler grano y más tarde se pasó a hacer pan en un horno de leña que todavía hoy existe. “No sólo fue panadería, también veníamos a cortarnos el pelo e incluso a ver películas todos los domingos”, recuerdan los vecinos. Con la jubilación del panadero Joaquín Rota en 1979, se cerró el molino, pero no definitivamente, ya que, diez años más tarde, la Sociedad La Garraldina decidió alquilarlo para uso hostelero y aún en la actualidad, el Errotaberri sigue funcionando como disco-bar y restaurante-asador.

Tras repasar los cien años de historia, más de 130 vecinos se reunieron en el mismo molino en una comida en la que no faltaron los recuerdos y los agradecimientos. “Queremos agradecer a todos los que, en auzolan, han hecho posible que hoy estemos aquí celebrando el centenario”, recalcaron los autores.