estella-lizarra. María Rosario López Oscoz presentó hace unos días en Cárcar su libro López, retazos de la historia de Lerín y Cárcar a través de un apellido. En el acto intervino también el historiador Juan Jesús Virto. La obra pertenece a los géneros de historia local y genealogía, y en ella se traza la genealogía del apellido López que, partiendo de Lerín, llega hasta Cárcar en la década de los años treinta del siglo XIX, donde se asientan, gracias a dos hermanos que dejan su impronta en sus numerosos descendientes.

En la presentación se dio cumplida cuenta del modo en el que la autora se vale para, a través del apellido López, describir trazos de la historia de Lerín y Cárcar desde principios del siglo XVII hasta la actualidad; a la vez que consigue descubrir personajes relevantes que tienen que ver con el apellido como maestros organeros, escribanos reales o arquitectos y físicos de renombre.

El historiador se centró en explicar, a grandes rasgos, cómo se llevaba a cabo el envío de mandas de ajuares litúrgicos de plata y legados testamentarios desde las Indias a España, y las dificultades por las que atravesaban hasta llegar a su destino, ya que la autora descubre estos aspectos a lo largo de la investigación. Sorprendió al público que María Rosario López hubiera conseguido, por medio del estudio de las genealogías, dar con las motivaciones por las que una de las hijas del general Zumalakarregui acabara sus días en el mismo Cárcar, ya que al parecer esta señora descendía de este pueblo por vía materna.

árboles genealógicos María Rosario López Oscoz destacó la importancia del conocimiento de los árboles genealógicos, visto desde la psicoterapia, y de cómo diversos psicoterapeutas defienden la curiosa vinculación que une a las personas hasta sus antepasados.

La autora dejó patente que al llevar a cabo esta investigación se sentía corresponsable y transmisora de un legado que no debe perderse, para que sea conocido y respetado por las generaciones actuales y las que vienen detrás. “Además de verlo como un acto de reconocimiento a los que vivieron antes que nosotros, considerando todo el conjunto como una herencia secular”.

Al finalizar el acto, el público, que llenaba el salón, se apresuró a conseguir un ejemplar con la firma de la autora.