Un binomio perfecto en la detección de sustancias
Josu Méndez y su perro ‘Ur’ han ganado la Copa y el Campeonato de España celebrado en Salamanca con la participación de los mejores olfatos caninos.
altsasu - Josu Méndez y Ur se estrenaron en la Copa de España de perros detectores de sustancias celebrada el pasado fin de semana en Salamanca con doble victoria, el de la propia Copa y el del Campeonato de España, dos competiciones en las que este instructor canino de Altsasu y su border collie mostraron que eran un binomio perfecto. Lo cierto es que Ur estuvo espectacular. Consiguió 100 puntos de 100 en la primera y 99,6 en el campeonato, en el que se realizó la media de las tres pruebas con mejores resultados obtenidos a lo largo del año. Así doble trofeo y un título: campeones de España en detección deportiva.
“La Copa es la prueba más complicada del año” apunta Josu Méndez. “Los jueces se esfuerzan en poner la máxima dificultad para comprobar que los perros que han llegado a la final se lo merecen”. El primer trabajo que debió realizar Ur fue el de paquetería o punto a punto, en el que el can debe marcar donde está la sustancia entre cinco puntos o paquetes posibles. Además no se pueden tirar, ni siquiera tocar. El segundo era trabajo de vehículos, que para ponerlo más difícil, fue en una moto. “Se debe revisar con una sistemática de búsqueda en sentido inverso a las agujas del reloj”, apunta este instructor canino, al tiempo que destaca que también se puntúa la velocidad.
A la hora de hablar de detección de sustancias, enseguida se relaciona con estupefacientes, explosivos y perros policía. También con la creencia de que los perros detectores de drogas son adictos. “Es una leyenda urbana. Normalmente se asocia un olor a un juego o un refuerzo, por ejemplo comida o pelota. El perro busca un olor que le abre la puerta a ser premiado”, observa Josu Méndez. “Me gusta trabajar con los perros con mucho juego, sin presión, a diferencia de otros lugares. Pero los resultados nos avalan”, señala. Y es que una de sus alumnas, Tania de Dios, quedó quinta en Salamanca con la perrita Lola.
SUSTANCIAS La detección deportiva de sustancias se realiza con esencias naturales, sobre todo salvia, cedro y clavo, dado que tienen un comportamiento similar a nivel olfatorio de otras sustancias. “El reglamento se basa en una forma de trabajar militar y policial adaptada a la vida social”, explica Iosu Méndez, quién con 35 años lleva 15 como instructor profesional. “Siempre me han gustado los perros. Poco a poco empiezas a hacer cositas y te va picando el gusanillo. Fui formándome en la medida que se podía. Cuando empecé era muy diferente”, observa. Asimismo, destaca su afición por la caza mayor. “Haber vivido la caza con los perros, tan instintivo, te da otros conocimientos de manejo y observación que no te aporta la escuela”.
En la actualidad compagina su trabajo en Biak Bat, asociación que trabaja en intervenciones asistidas por animales y en su centro canino Beloaran de Mutilva, que puso en marcha hace un año junto a un socio, David Pinillos. “Me especialicé en perros de ayuda social sin dejar de lado otros tipos de actividades”, incide este altsasuarra. Así, también participan en pruebas de ring francés, modalidad de defensa con ejercicios de obediencia, agilidad y defensa. Acompañado de Gudari, un pastor belga, compite en España y Francia con muy buenos resultados.
En relación a las razas más idóneas para la detección de sustancias, señala que se tiende a asociar unas razas con ciertas disciplinas pero que todos los perros tienen sus posibilidades. “Hay que saber buscar los puntos fuertes de cada perro y explotarlos. A menudo tenemos la mala costumbre de culpar al perro de nuestros errores y el 99% de las situaciones el único culpable es el humano”, observa. “Hay que saber buscarlos. En el equipo tenemos perros que han sido abandonados”, incide. “Hay perros que con un buen programa de entrenamiento y haciendo las cosas bien, en dos meses, son capaces de ponerse a nivel de competición” asegura este instructor
“La gente se compra un perro y se cree que sabe todo. Hay que educarlo con coherencia. A veces queremos tratarles como personitas pero no dejan de ser perros. Muchos problemas de conducta que nos encontramos se solucionarán dándole trabajo o yendo a un club para realizar actividades adaptadas a su raza”, asegura. Por ello, anima a los propietarios a que dejen a sus perros ser lo que son, animales, y que si pueden, les den algo que hacer.
El otra protagonista de la doble copa es Ur, un perro de 5 años del que Josu Méndez tuvo un flechazo en su primer contacto. “Fue por casualidad. Fui a ver una camada para un amigo y me enamoré de él”, recuerda. Como experimento, el primer año decidió no hacer nada. “Quise dejarle lo más perro posible, que me acompañase, sin liarla, como prueba. Hay quien dice que si no trabajas antes de un año no se educa”, observa. Cumplido el primer año, comenzó a hacer disco y se le daba bien. Como era un perro que le gustaba el monte y se movía bien, empezó a prepararlo para rescate. “También lo hacía bien pero tuvo una lesión bastante grave. Vimos que ciertas cosas le producían dolor, por lo que podía fallar”. Después de estar parado prácticamente un año, pensaron que la detección, por ser una disciplina que no requiere grandes esfuerzos físicos, podía ser una buena opción para disfrutar junto a Ur, tal y como ha resultado.