Tafalla - La niña de 11 años Ruth Sustacha Taboada, de origen boliviano, vecina de Tafalla y alumna del Colegio de Escolapios, fue coronada en la tarde de ayer en la iglesia de Santa María de la Ciudad del Cidacos, como Reina de la Faba 2018, en un acto organizado por la peña pamplonesa Muthiko Alaiak en el que se rememoró el nombramiento del monarca y el juramento que realizaban los Reyes de Navarra antes de tomar posesión de sus cargos.
Con esta fiesta, en la que también participaron varios grupos folklóricos y culturales de la ciudad, Tafalla regresó por unas horas al medievo, con un vistoso desfile por sus calles con un gran número de personas y formaciones musicales ataviadas para la ocasión con trajes medievales a semejanza de las celebraciones que se organizaban en la Navarra del siglo XV.
Ruth Sustacha Taboada resultó afortunada con el haba que encontró en el trozo de rosco repartido el pasado 16 de diciembre entre un grupo de doce chicos y chicas, previamente seleccionados entre los estudiantes del 6º curso de Primaria de tres colegios de Tafalla.
El cortejo real que anunció al vecindario la coronación de la Reina de la Faba de este año, partió a las 17.30 horas del Centro Cultural Tafalla Kulturgunea para ascender hasta la parroquia de Santa María, recorriendo las calles Recoletas, Cuatro Esquinas, Garcés de los Fayos y Túbal, entre la curiosa y expectativa mirada de numerosos vecinos que contemplaron el espectacular desfile medieval lo encabezaba el Rey de Armas, personificado por el historiador Fernando Hualde, acompañado de heraldos y antorcheros y tras ellos desfilaron escuderos, dantzaris de Tafallako Dantza Taldea y del Muthiko Alaiak bailando al ritmo de las melodías que entonaban músicos medievales y gaiteros, caballeros y damas ataviados con prendas de época de los grupos locales Puntido Teatro y Zanpantzar, seguidos de los representante de los pueblos y buenas villas, nobleza y clero (los tres brazos que componían las Cortes de Navarra).
Destacaban entre este vistoso cortejo el Príncipe de Viana y Doña Blanca de Navarra escoltando a la futura Reina de la Faba, precedidos a su vez de los pajes con los atributos reales: corona, capa, cetro, espada y el alba con que la reina de la Faba sería después ungida por el Obispo de Pamplona con los Santos Óleos. Cortesanos, guerreros, bufones y heraldos, acompañaban al Rey y portaban el pavés Real, cerrando de esa forma el desfile.
Cuando eran las 18.00 horas, en el interior del templo religioso -repleto de público- dio comienzo la ceremonia de la coronación de la Reina de la Faba, presentada y dirigida por el Rey de Armas y con algo más de una hora de duración, en la que, según el rito de coronación del reino de Navarra, fue la reina quien realizó el juramento de guardar y defender los Fueros y libertades de su pueblo, a lo que le exhorta el llamamiento del Obispo. En este mismo acto intervinieron la Agrupación Coral Tafallesa y la Coral Tubala Uxoa con el acompañamiento musical de Ensemble de Chirimias Miguel de Arrózpide.
Tras jurar lealtad y el compromiso de defender los Fueros, pidieron a la reina que prometiese “goardar et defender el regno a nuestro poder”, antes de ser bendecida y recibir los atributos reales para ser designada monarca y al grito de “real, real, real”, Ruth Sustacha Taboada fue alzada sobre el pavés o escudo y proclamada Reina de la Faba 2018. La ceremonia, reprodujo el ritual empleado siglos atrás para coronar a los reyes navarros. Juglares, damas, nobles, clérigos y toda una auténtica corte medieval compuesta por los compañeros de clase de la reina fueron quienes le acompañaron en esta ceremonia que finalizó bailándole el aurresku de honor y el canto del Agur Jaunak. La jornada festiva concluyó con una nueva actuación por las calles de los dantzaris del Muthiko Alaiak y una cena medieval preparada en el restaurante Barrankiel de la Ciudad Deportiva de Tafalla.
La fiesta se inició a las 12 del mediodía con la lectura de un pregón y el posterior desfile de los grupos de dantzas de Tafalla y del Muthiko Alaiak, el grupo de música medieval Danserie, los caballeros de la Orden de la Jarra, que exhibieron luchas y torneos, y representantes de la Asociación de Cetrería de Navarra, con un dragón gigante, además de grupos locales como Aldamara gaiteroak, peña el Aguazón y la Comparsa de Gigantes de la Ikastola.
Comienzos y recuperación
Epifanía. Según el historiador, Fernando Hualde la fiesta del Rey de la Faba rememora una tradición introducida en el siglo XIII en Navarra por la dinastía de los Teobaldos en la que coincidiendo con el día de la Epifanía, el monarca organizaba una comida en el Palacio Real a la que invitaba a los niños más desfavorecidos. “En los postres se servía un rosco en el que previamente se había introducido un haba. Aquél niño que encontraba el haba en su porción del rosco era coronado rey por un día, con todos los honores”, relata. Esa costumbre fue recuperada en el año 1920 por el Círculo Carlista y la fiesta fue retomada por el Muthiko Alaiak en 1931. En aquellas primeras ediciones del siglo XX, se elegía a un niño de la Casa de la Misericordia que hubiera tenido buena conducta y que realmente lo necesitara. Desde el año 1964 es itinerante.