Una trilogía festiva de la tradición vasca
Mañana se festeja a la virgen de candelaria y se inicia el primero de tres días antaño de gran arraigo popular en euskal herria
La Candelaria (Kandelero), San Blas y Santa Águeda son tres fiestas, una trilogía en rojo del calendario de las tradiciones populares más arraigadas en la mentalidad vasca. El tridúo comenzará mañana con la festividad de la luz, continuará con la del santo patrono y protector de los males de garganta y el domingo (o quizás se adelante o aplace) es cuando saldrá el pueblo a cantar a Santa Águeda, protectora de los pechos y en general de las mujeres y patrona de enfermeras a las que ahora, no se sabe muy bien porqué, se les denomina ATS de una forma reducida.
Por costumbre o por tradición (“las tradiciones se hacen enseguida”, le tengo leído al artillero mayor de San Sebastián y amigo Luis Mokoroa) y por ser la época de matanza, a las dos santas y al santo se les reconoce como “de pan y chistor”, aunque también con Santo Tomás, San Sebastián, San Antón de idéntica característica en el santoral y en el calendario. Mañana, según se sigue haciendo todavía, se irá a las parroquias con cirios y velas a bendecir.
la candelaria La fiesta de la Candelaria se conoce con distintos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas (de donde Candelaria), denominaciones todas que expresan su significado, Cristo, la Luz del mundo presentada por su Madre en el Templo, viene a iluminar a todos como el cirio o la vela nos alumbra ante las tinieblas, frente a la oscuridad en este caso invernal y ya en decaída desde Santa Lucía (13 de diciembre) que nos “alarga el día”.
La festividad está extendidísima por todo el mundo (Día de la Marmota en los Estados Unidos y Canadá) y se le atribuyen indicadores meteorológicos. En Euskal Herria es un ejemplo: Kandelero bero negua heldu da gero; Kandelero hotz, negua gan da motz (si hace buen tiempo, todavía queda invierno; si hace frío, al invierno le queda poco), o en Aragón y Cataluña, donde se dice algo parecido.
san blas Por su parte, San Blas traerá el sábado el vestigio dulce y goloso cuyo origen data de una preocupación fundamental, evitar el riesgo de fallecer sin poder exhalar el alma por la boca, calamidad que se intentaba evitar comiendo tortas ofrecidas a dioses paganos, convicciones que el cristianismo santificó. En la fiesta del santo, que también es meteorólogo (“por San Blas la cigüeña veras y si no la vieres, año de nieves”) además de titular de dos de los gremios, el panadero y repostero, de nuestra mejor y más rendida consideración, se cuecen panes o roscas caprichosos, como en Elizondo donde los panaderos hacen unos panes o roscos redondos que da gloria verlos con un signo de corte horizontal y otros laterales que le aportan una bonita imagen estética.
santa águeda Y el lunes, día 5 de enero, se festeja a Santa Águeda o Ágata, aunque la costumbre es cantarle de víspera y a saber cómo decidirán hacerlo este año los cientos de coros que salen en muchos pueblos de Euskal Herria, entonan las típicas letrillas (“Santa Ageda bezpera dugu Euskal Herriko eguna,etxe guztiak kantuz pozteko....”) y makila (bastón) en mano golpean en el suelo (¿también para despertar a la tierra de su sueño invernal?) y recorren así las calles como anunciando la inminencia del carnaval que este año ha venido poco menos que lanzado.
Porque el próximo jueves será gordo (Orakunde, Ortzegun gizen...), el viernes flaco, el sábado regular y el domingo, 11 de febrero, ¡carnaval!. O sea, idéntica historia que en todos los años anteriores.